Con una misa en honor a su patrono, la Escuela Normal cerró los festejos de sus 110 años

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Al conmemorarse un nuevo aniversario del fallecimiento del doctor Jose Benjamín Gorostiaga, patrono de la Escuela Normal, se desarrollo una celebración eucarística a través de la cual se hizo el cierre de los 110 años de esta casa de estudios. En la ocasión se pidió tener a Jesús como ejemplo y vivir los valores del evangelio.

La santa misa estuvo a cargo del padre José Guadalupe Prado Guevara, quien durante su homilía destacó: «El día de nuesto bautismo el Señor ha plantado en su viña éstos árboles que espera que produzcan frutos. Hay plantas que se hechan a perder porque quizás le faltó abono, les llegó alguna plaga que las destruyó y no producen esos frutos; pero hay otras que responden a los cuidados, que embellecen, se llenan de hojas y luego de frutos sabrosos».

También destacó que «el Señor desde el momeno del bautismo nos ha ido cuidando con la gracia, con la palabra, con los sacramentos, con el evangelio para que vayamos creciendo y haciéndonos árboles de vida y productores de frutos, esos que llamamos fe , caridad, amor, solidaridad, compromiso por los necesitados, con deseos de crecer en todo lo bueno».

«Hoy la Escuela Normal «Doctor José Benjamín Gorostiaga» rinde un homenaje a su patrono y a la vez celebra sus 110 años de vida institucional, de esfuerzo de maestros, de docentes, de padres de familia y alumnos que a lo largo de éstos años han ido recibiendo la educación, la cultura, el cimiento de las ciencias y sin duda los valores humanos y del evangelio. Muchas cosas que en esta institución educativa se han ido sembrando y multiplicando».

«Hoy llenos de gratitud, de una manera especial ante la situación que nos toca vivir, pero con felicidad agradecemos al Señor por toda esta comunidad educativa que fieles a los planes y a los objetivos, de esta institución, van creciendo. Damos gracias, felicitamos y deseamos que sean muchos años más de vida y de crecimiento en el campo educativo, de los valores humanos para que así la sociedad y el mundo se siga beneficiando».

Al terminar la ceremonia, el presbítero realizó la bendición de las instalaciones y deseó que muy pronto pueda volver a recibir a sus niños y adolescentes para cumplir su rol de formadora.

 

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