A partir de este sábado, ocho ciudades francesas se encuentran en “estado de alerta”, que rige en París desde el lunes pasado, por el repunte de casos de COVID-19, que alcanzó su récord en las últimas 24 horas, con casi 27 mil nuevos contagios.
Las nuevas ciudades que entraron hoy en estado de alerta son Lille, Lyon, Grenoble y Saint-Etienne, que se suman a París, Marsella, Aix-en-Provence y a la isla de Guadalupe, en las Antillas. Además, Clermont-Ferrand y Dijon, desde hoy, se encuentran en “alerta reforzada”, mientras que Toulouse y Montpellier podrían verse sometidas a nuevos controles a corto plazo si los indicadores no mejoran.
El país registró este sábado un nuevo récord de contagios tras sumar 26.896 en un día, además de 54 fallecidos, que elevan a 718.873 la cifra de positivos desde el inicio de la epidemia de coronavirus y a 32.684 la de muertos.
En los últimos siete días ha habido además en Francia 4.999 ingresos hospitalarios por complicaciones vinculadas con la COVID-19, de los que 928 tuvieron que ser dirigidos a unidades de cuidados intensivos.
La alerta máxima se declara en Francia cuando la tasa de incidencia acumulada en los últimos siete días supera los 250 positivos por cada 100.000 habitantes entre la población general, y los cien casos entre las personas mayores, así como también cuando al menos el 30 % de las camas de terapia intensiva se encuentran ocupadas por pacientes con COVID-19.
“La situación se ha degradado en un número de ciudades durante los últimos días”, expresó el ministro de Salud de Francia, Olivier Véran, al tiempo que remarcó que “es fundamental que cada uno participe en el protocolo sanitario reforzado”.
“Cuando digo que cada francés puede actuar contra la circulación del virus es que debemos estar alertas a cada instante del día a día”, manifestó el funcionario, y agregó que la situación en los departamentos de Nievre y Morbihan “muestra signos de mejora”, por lo que serán sacados de la zona de alerta.
Por su parte, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, aseguró “son medidas rigurosas, pero necesarias”. “Los franceses están inquietos por la situación sanitaria, pero también están inquietos por la crisis económica”, sostuvo el funcionario, quien anunció la creación de un fondo especial para entregar ayudas de hasta 1.500 euros mensuales a pequeñas empresas, que será extendido a los sectores de libreros, lavanderos y floristas, afectados por la caída del turismo.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ya había adelantado a última hora del miércoles “más restricciones” en el país. “La epidemia sigue aumentando”, manifestó. Además, señaló que hay zonas en las que el COVID-19 “circula mucho entre los ancianos” y donde hay “cada vez más camas ocupadas”.
El repunte de casos durante las últimas semanas llevó al Gobierno a declarar a París como “zona de alerta máxima”, lo que supuso el cierre de bares, gimnasios y piscinas de la ciudad y su región metropolitana desde el lunes pasado y durante un periodo de, al menos, dos semanas.
EUROPA PRESS y EFE