«Lo veo y le digo ‘Qué bien que estás’. Ojalá juegue por los puntos«. Quien pronunció esas palabras fue el presidente de Boca, Jorge Amor Ameal. ¿Sobre quién? Sobre Juan Román Riquelme, actual vicepresidente segundo del club y por quien el máximo dirigente Xeneize se mostró esperanzado de verlo jugar de nuevo en el club.
Lo cierto es que, más allá de las ganas de Ameal, parece una clara utopía. Incluso para los más optimistas no se presenta como una alternativa viable. Al cabo, el límite lo puso aún sin saber el propio Riquelme cuando dijo que quería jugar «hasta los 40«. Hoy, Román tiene 42.
Pero, ¿y si Riquelme sigue los pasos de otros, como Juan Sebastián Verón en Estudiantes, y elige volver aunque sea para un solo partido? El camino hacia el patio de su casa, como bautizó a La Bombonera, no será nada sencillo. Más allá de las obvias razones físicas, lo cierto es que Riquelme disputó su último partido como profesional el 7 de diciembre de 2014, día en el que Argentinos Juniors obtuvo el ascenso a Primera División tras igualar por 1-1 con Douglas Haig.
En Boca, por su parte, jugó su último encuentro el 11 de mayo de ese mismo año, en un 3-1 ante Lanús que quedó marcado por aquel caño sin pelota al entonces defensor del Granate y actual jugador Xeneize Carlos Izquierdoz. ¿Su último grito con la camiseta Azul y Oro? Unas semanas antes, el 27 de abril, ante Arsenal. Aquel día marcó de penal uno de los cuatro goles con los que Boca venció a los del Viaducto por 4-2.
Jugando un poco con este deseo de Ameal –y, aunque utópico, también de muchos hinchas-, se podría decir que Riquelme se ha mantenido en forma, sobre todo en lo que fue la antesala de su frustrado partido despedida. Durante 2019, previo a las elecciones que lo depositaron en las oficinas de Brandsen 805 junto a Ameal y Mario Pergolini, Riquelme hizo públicos varios videos en los que se lo veía entrenando para ese encuentro y no fueron pocos los que dijeron que lo notaban muy metido.
Incluso en uno de ellos, dirigido al exarquero Oscar Córdoba y al exdefensor y actual integrante del Consejo de Fútbol Jorge Bermúdez, se permitió hasta a chicanear a Marcelo Delgado, otro de sus laderos en la actual dirigencia Xeneize: «Oscar, Jorge, les mando un beso muy grande, espero que estén entrenando mucho. Vamos a ver quién llega mejor a ese día y lo invitamos a Marcelito a que mueva el orto porque no está haciendo nada«. Lo cierto es que el partido se suspendió, Riquelme fue candidato, la dirigencia cambió y la cita de despedida quedó postergada.
Así las cosas, difícil parece volver a ver a Román con los cortos y por los puntos. De todas maneras, empleando una frase Riquelmeana, «el hincha de Boca está loco«. Y Riquelme es hincha de Boca, por lo que todo puede ser posible.
TyC Sports