«No escatimaremos esfuerzos para garantizar su acceso asequible y equitativo para todos», indica el texto, en referencia a las vacunas, los test y los tratamientos contra el nuevo coronavirus.
La cumbre de las 20 mayores economías del mundo se celebró este año por videoconferencia bajo la presidencia de Arabia Saudita, país muy criticado por las organizaciones de defensa de derechos humanos.
A medida que la pandemia sigue avanzando en el planeta, con más de 57 millones de contagios y 1,3 millones de muertos, los presidentes o jefes de gobierno optaron por el consenso en la lucha contra el virus.
«Apoyamos plenamente todos los esfuerzos de colaboración», reza la declaración final, en referencia a los dispositivos de lucha contra el virus coordinados por la Organización Mundial de la Salud. También se comprometen a «abordar las necesidades financieras globales restantes».
El G20 también trató la compleja cuestión de los países pobres, que se está disparando como resultado de la crisis económica provocada por la pandemia.
Los líderes del G20 dicen estar «comprometidos a implementar» la llamada Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI), «incluida su extensión hasta junio de 2021», indica el texto.
29 de los países más favorecidos del mundo están utilizando este mecanismo para permitir a los países pobres endeudados con ellos suspender el pago de los intereses de sus deudas hasta junio de 2021.
Pero mientras que Naciones Unidas esperaba que este plazo se prorrogara hasta finales de 2021, el G20 deja en manos de sus ministros de finanzas el «examen» de esta cuestión el año que viene.
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