Boca le ganó a Racing y es semifinalista de la Copa Libertadores

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Boca le ganó 2-0 a Racing en la Bombonera, pero pudo haberse impuesto tranquilamente por tres o cuatro goles de distancia. Fue dominador absoluto de las acciones y, gracias a los goles de Eduardo Salvio y Sebastián Villa (de penal), revirtió la serie ante la Academia (había perdido 1-0 en el Cilindro) y sacó con justicia el pasaje a las semifinales de la Copa Libertadores, instancia en la que se medirá ante el siempre temible Santos de Brasil.

Los dirigidos por Miguel Ángel Russo saltaron al campo de juego dispuestos a llevarse por delante a sus rivales. Con presión extendida y concentración en pos de recuperar el balón bien sumergido en campo contrario, tomó las riendas del desarrollo y transformó a los carrileros de Racing en laterales. La visita, asediada, apeló a intentar bajarle el ritmo a las acciones. El carril izquierdo, en el que Fabra comenzó ganándole el duelo a Domínguez, fue el preferido del dueño de casa.

A los 5 minutos, Boca llegó a fondo: Franco Soldano quedó mano a mano, pero Arias achicó bien y el delantero le remató al cuerpo. A los 10, tras un desborde de Fabra, Tevez cruzó el intento y volvió a forzar la intervención del guardameta nacionalizado chileno. Tanto fue el Xeneize que golpeó merecidamente. A los 22 minutos, tras un cabezazo defectuoso de Villa, Salvio, también de arriba, firmó la igualdad en la serie.

A los 25 llegó la primera acción de riesgo elaborada por los orientados por Beccacece. Domínguez llegó hasta el fondo en una jugada personal y cedió para Melgarejo, que adelantó de más el balón y remató cruzado y ancho. Fue un lunar en la primera gran media hora del local, con una fisonomía idéntica a la que mostró cuando ganó la pasada Superliga: vertical, directo e intenso, con las bandas como autopistas. A los 27′, Salvio desbordó por derecha, soltó el centro atrás y Tevez remató a pura potencia. Otra vez fue Arias el que se lució para evitar el grito adversario. Y a los 36, ante una mediavuelta de Villa, rechazó en dos tiempos, providencialmente. Sólo en su pericia se explicó que la diferencia no fuera más amplia.

Arias sigue la trayectoria del balón tras una de sus atajadas (REUTERS/Agustin Marcarian)Beccacece leyó que mantener el equipo tal como estaba era inviable. En el entretiempo, sacó a Rojas y a Fértoli; apostó por Solari y Cvitanich. Al mismo tiempo, el Pulpo González se lesionó y debió dejarle su lugar a Capaldo.

Pero Boca continuó yendo con ímpetu. Y llegando hasta las narices de Arias, que respondió ante un intento de Villa y frente a una arremetida de Soldano. A lo 15′ del complemento, su resistencia cayó. Lisandro López (en posición defensiva) exhibió su falta de oficio y le cometió penal a Salvio. Villa, con un tiro ajustado a la derecha del portero, firmó el 2-0 y alimentó las ilusiones auriazules.

A partir de allí, la necesidad llevó a Racing a asumir otro rol en el partido. Tomó mayor contacto con la pelota, ante un Xeneize que se replegó para soltar sus flechas de contra. López tuvo el descuento en una volea, también Alcaraz con un remate viboreante que sacó Andrada. Al mismo tiempo, la Academia reclamó (y el VAR evaluó) un agarrón de Izquierdoz al juvenil dentro del área, que ni el juez ni sus asistentes entendieron como infracción.

Pero Boca siguió siendo Boca, sometiendo a su contendiente. Las réplicas siempre fueron peligrosas y merodearon el gol. Jara, otra vez Villa, agrandaron la figura de Arias, el único que estuvo a la altura de Racing en la Ribera. Así, el Xeneize se volvió a meter entre los cuatro mejores del certamen. Y entre el 6 y el 13 de enero pujará por llegar a la definición, en la que se podría medir frente a Palmeiras y… River.

Eso ya será otra historia. Boca recuperó su mejor forma. Y en el momento más indicado: la recta final de los certámenes, con la línea de meta más cerca y la corona, reluciente, como zanahoria.

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