El presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa Jill, aterrizaron este martes en la base militar de Andrews, cerca de Washington, de cara a su toma de posesión que se celebrará mañana.
El futuro mandatario, de 78 años, se despidió con lágrimas de los residentes del estado de Delaware, en donde reside, antes de volar a la ciudad donde se desempeñó durante décadas como senador por ese estado y luego durante ocho años como vicepresidente de Barack Obama.
Biden Regresa una Washington transformada por la pandemia y por un extraordinario operativo de seguridad tras el asedio del 6 de enero al Capitolio de Estados Unidos por parte de partidarios del presidente saliente Donald Trump, que romperá con generaciones de protocolo y no asistirá a la jura de su sucesor el miércoles.
Biden dio un breve discurso antes de dirigirse hacia la capital estadounidense, adonde partió en un avión privado, en lugar de hacerlo en uno del Gobierno, como es la tradición para los presidentes electos, según la cadena CNN.
”Siempre seré un hijo orgulloso del estado de Delaware (…). Cuando muera, Delaware estará escrito en mi corazón”, dijo un emocionado Biden a quienes se habían congregado para despedirle en el aeropuerto de la localidad de New Castle.
Una fuente de su equipo explicó a la cadena que fue el mandatario electo quien tomó la decisión de usar su avión privado y que no se debió a una falta de cortesía por parte de la Administración saliente de Donald Trump.
El plan inicial de Biden era desplazarse en tren, el medio de transporte que utilizó a diario durante sus muchos años en el Senado para volver a casa en Wilmington (Delaware), pero su equipo descartó esa posibilidad por motivos de seguridad, tras el asalto al Capitolio del pasado día 6 de enero.
El primer acto en Washington de Biden tendrá lugar la tarde de este martes a partir de las 17:00 (22:00 GMT), cuando Harris y él participarán en una ceremonia de homenaje a las víctimas de la covid-19 en el país, donde la pandemia ha dejado ya más de 400.000 muertos.
En esa ceremonia, se iluminará el contorno de la piscina reflectante situada frente al Monumento a Lincoln, uno de los más icónicos de la capital y donde Martin Luther King dio su célebre discurso “I have a dream” (“Tengo un sueño”) en 1963.