En las entidades ruralistas esperan un alto acatamiento del cese de comercialización de hacienda que durará 9 días.
El rechazo a la medida oficial fue unánime y se extendió a otros sectores empresariales como la Unión Industrial Argentina (UIA), la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Asociación Empresaria Argentina (AEA).
Las entidades aseguraron que no habrá desabastecimiento al público ya que los frigoríficos suelen tener stock para una semana o más por inclemencias puntuales.
“Nos vemos en la necesidad de llevar adelante un cronograma de medidas de fuerza. Lamentamos profundamente tener que llegar a este momento, a nadie le gusta pero creemos que las medidas del Gobierno son profundamente erradas. Debería tomarse el camino de alentar la producción en lugar de restringir las exportaciones”, dijo Jorge Chemes, presidente de la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), según publicó Clarín.
«En reiteradas ocasiones hemos podido sugerir cuál era el rumbo que había que tomar y lamentablemente no se nos ha escuchado», agregó.
Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro, advirtió que «el intervencionismo y las medidas aisladas no son la forma de cuidar el bolsillo de los argentinos ni la productividad».
«No hay un plan económico, no hay un plan para generar mayor trabajo y mayor empleo. Esto es como si a Corea se le prohibiera exportar celulares o a Japón sus autos insignia. El problema de precios en la Argentina es la macroeconomía, no existe un plan de control de gastos y de emisión monetaria por parte del Estado”, señaló.
El riesgo de la pérdida de empleo es grande en los frigoríficos exportadores, donde se estima que hay 100.000 trabajadores, el 25% de los puestos que genera la ganadería en total.
Por caso, el Frigorífico santafesino Rafaela Alimentos, que cuenta con más de 650 empleados y se dedica a la exportación, anunció que paralizó la faena hasta que no se restablezca el mercado internacional.
En Entre Ríos, el frigorífico Logros, principal exportador de la provincia, analiza reducir la jornada laboral y frenar las horas extras en su planta instalada en Río Segundo, en Córdoba donde tiene 500 empleados.
En tanto, el desconcierto que hay en el mercado por el cierre de las exportaciones y el paro ya comenzaron a afectar a la cadena ganadera. El primer cimbronazo se dio en Liniers. Cayó abruptamente la cantidad de animales que se comercializaron, descendiendo a 5.791 cabezas, un 40% menos en relación a 7 días atrás.
Esta menor oferta hizo subir el precio de la hacienda destinada al consumo doméstico (novillitos y vaquillonas) un 5%. Mientras que el martes se habían derrumbaron los valores de la vaca, que se destina al mercado de China.
Cadena 3