El texto prevé que toda persona aquejada de una enfermedad «grave e incurable», o que sufra dolores crónicos incapacitantes, pueda pedir ayuda médica para morir y evitarse «un sufrimiento intolerable».
La persona que solicite el procedimiento debe ser capaz y «consciente» en el momento de hacer la demanda, que debe formularse por escrito y «sin presión externa», y renovarse quince días más tarde.
El médico podrá rechazar la solicitud, si estima que no se cumplen los criterios, o hacer valer su objeción de conciencia, consignó la agencia AFP.
La solicitud deberá ser aprobada por otro médico y recibir el visto bueno de una comisión de evaluación.
A partir de esta normativa, España es el cuarto país del mundo que despenaliza la eutanasia, después de Holanda, Bélgica y Luxemburgo.
La Iglesia católica y los partidos conservadores se opusieron a la medida. El Partido Popular, el principal de oposición al gobierno de izquierda de Pedro Sánchez, presentó este jueves un recurso contra la ley ante el Tribunal Constitucional.
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