El DNU 412/21, suscripto por el presidente Alberto Fernández en acuerdo general de ministros, debió emitirse porque «el ajustado cronograma de pagos que debe afrontar el Estado Nacional hace imposible seguir los trámites ordinarios previstos por la Constitución Nacional para la sanción de las leyes», tal como se indicó en los considerandos de la norma.
Los compromisos de pago renegociados corresponden a deudas con los estados de Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Israel, Italia, Japón, España, Suecia, Suiza, Países Bajos, Reino Unido, Estados Unidos, en ocho monedas diferentes: euro, dólar estadounidense, dólar canadiense, libra esterlina, yen, franco suizo, corona danesa y corona sueca.
En este sentido, la reprogramación se acordó para evitar «una situación de default» que, según Guzmán, «hubiese sido un golpe para la economía que habría hecho un particular daño».
«Para resolver la situación de inconsistencia macroeconómica, resulta fundamental la implementación de políticas de deuda como parte de un programa integral diseñado con el objetivo de recuperar un crecimiento sostenible de la economía y restaurar la sostenibilidad de la deuda pública», se sostuvo en el DNU.
Asimismo se explicó que «se arribó a un entendimiento con el Club de París en el convencimiento de que nuestro país hará sus mejores esfuerzos para acordar un nuevo Programa con el FMI que resulte sostenible e inclusivo para el bienestar de todos los argentinos y todas las argentinas».
«Deviene necesario diferir los pagos de las deudas contraídas en virtud de los Acuerdos Bilaterales suscriptos con los países nucleados en el Club de París, hasta que el Ministerio de Economía determine su reanudación en virtud del avance de las negociaciones con dichos países, o por así definirlo el nuevo acuerdo marco alcanzado, o hasta el 31 de mayo de 2022, lo que ocurra primero», se especificó.
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