Hay mucha preocupación en el sector automotor. Tanto automotrices como concesionarios temen que este año les suceda lo mismo que en 2021, cuando vendieron menos de lo que podrían haber vendido, de acuerdo con la demanda existente, debido a que las dificultades para importar autopartes y modelos terminados hicieron que la oferta fuera menor. En esa línea se manifestó el vicepresidente de la Cámara del Comercio Automotor (CCA), Alejandro Lupo, quien ayer señaló que «está difícil comprar un auto en el mundo», lo que se suma «a los problemas locales» que ya tiene la Argentina, lo que genera dificultades para adquirir un 0 kilómetro.
Su temor no es para nada infundado: en el primer mes de este año ya hubo fabricantes que no pudieron entregar los vehículos, ya sea porque les faltaba una pieza importada para completarlos o porque tenían trabado por el Gobierno nacional el ingreso del auto completo.
«Está difícil comprar un auto en el mundo y nosotros tenemos nuestros problemas locales que hacen que esa dificultad se acreciente», explicó Lupo en declaraciones a medios radiales.
En el aspecto global, indicó que las explicaciones pasan por un lado por la parálisis que sufrió la industria a causa de la pandemia, que aún no terminó de recuperar los niveles previos de fabricación.
«Falta poco para terminar de normalizar. Por otro lado, hubo un incendio muy grande en la principal fábrica de semiconductores para automóviles de Japón y eso afectó la producción», expresó el dirigente de la CCA, al tiempo que aseguró que «hay autos todavía que están en las distintas fábricas sin terminar».
En lo que refiere a la cuestión local, el problema reside en «la falta de dólares, por lo cual el Gobierno nacional está restringiendo las importaciones».
Esa escasez de dólares pesa mucho sobre la economía argentina y hace que el Gobierno ajuste los controles sobre las importaciones, lo que al mismo tiempo es contraproducente porque pone un tope a la producción, tal como ya ha sucedido en el pasado, cuando Guillermo Moreno se desempeñaba como secretario de Comercio Interior. En ese momento el instrumento de control eran las declaraciones juradas anticipadas de importación y ahora es el Sistema Integrado de Monitoreo de Importaciones (SIMI).
En enero hubo fabricantes que no pudieron entregar los vehículos, ya sea porque les faltaba una pieza importada para completarlos o porque tenían trabado por el Gobierno el ingreso del auto completo.
Eso lleva a que a los concesionarios les falten 0 km para ofrecer. Todo esto es por la demora en la aprobación de las SIMI, que a su vez se origina en la falta de reservas. Esta situación está afectando a todas las automotrices.
Suba de los usados
Esta situación hace que el valor de los autos usados se eleve ante la demanda que busca hacerse de un nuevo vehículo y no consigue un 0 kilómetro.
«En los modelos que son muy nuevos, por ejemplo por un modelo 2021 pueden llegar a pedir un 10% por encima del valor de un 0 kilómetro», aseguró el vicepresidente de la CCA.
Por otro lado, un aspecto siempre vigente e influyente en la industria automotriz es la inflación. Al respecto Lupo confirmó que hay gente que dispone de dólares y opta por comprar un 0 kilómetro como manera de ahorrar y sacar rédito con la variación de precios.
«La inflación va haciendo que el precio del usado y el 0 km vaya subiendo», en cambio si no existiera «ese precio se iría depreciando», señaló.
Por último, precisó: «Si lo comparamos contra un precio de dólar blue, seguramente se mantiene en dólares».
El Tribuno