En total, el país registró alrededor de 120.000 casos de Covid y 4.636 muertes. La última víctima mortal de la enfermedad se remonta oficialmente a principios de 2021.
En tanto, las cifras son pequeñas si se comparan con las de otros países, pero bajo la estrategia china de «cero covid» hasta el brote mínimo es enfrentado con medidas severas.
De este modo, el país consiguió contener las infecciones después de la primera ola nacida a finales de 2019 en la ciudad de Wuhan, pero enfrentó recientemente múltiples brotes vinculados a la llegada de la variante Ómicron.
Con respecto a esta situación, la provincia nororiental de Jilin fue la más golpeada, con más de 3.000 casos hoy, según la CNS.
Mientras que la capital provincial de Changchum, con 9 millones de habitantes, así como otras ciudades, permanecen bajo órdenes de permanecer en casa.
También fue confinada la metrópolis tecnológica de Shenzhen (sur), con 17 millones de habitantes, situada a las puertas de Hong Kong.
Estas medidas provocaron el cierre de numerosas fábricas en la ciudad, entre ellas la del gigante taiwanés Foxconn, el principal suministrador de Apple.
Además, decenas de vuelos internos desde los aeropuertos de Pekín y Shanghai fueron cancelados, según datos de control del tráfico aéreo.
«El reciente brote de Covid y las nuevas restricciones, en particular el confinamiento en Shenzhen, pesarán sobre el consumo y causarán interrupciones en el abastecimiento a corto plazo», comentó el analista Tommy Wu, de Oxford Economics.
Y agregó que, con ello, será un «desafío» para China alcanzar su meta oficial de crecimiento económico de 5,5 por ciento para este año.
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