El kirchnerismo sacó un comunicado explicando por qué votó en contra

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Los 13 legisladores del Frente de Todos que rechazaron el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en el Senado publicaron un documento en el que expusieron sus razones y aseguraron que los compromisos del país son de difícil cumplimiento al tiempo que conspiran “contra el crecimiento económico”.

Los legisladores citaron al inicio la frase “los muertos no pagan las deudas”, pronunciada por Néstor Kirchner. En su descargo, tuvieron en cuenta el actual contexto internacional y los efectos de la invasión rusa en Ucrania, advertidos por el FMI. El organismo alertó por la inflación de los costos internacionales sin precedentes.

En línea con el discurso de Cristina Kirchner, remarcaron las irregularidades del préstamo otorgado en 2018 y enfatizaron en sus consecuencias. “A pesar de nuestra voluntad de honrar las deudas, sabemos que ajustar a los sectores de ingresos medios y bajos es por definición contraproducentes con los propios objetivos de crecimiento económico”.

En un tiro por elevación a los sectores albertistas, cruzaron el argumento que una falta de acuerdo sea perjudicial para el país y hablaron de un “falso y repetido ‘posibilismo’ que acuña la disyuntiva del ‘es esto o el caos’ o ‘es esto o el abismo’”.

 

Repetidas veces han acorralado a la sociedad y a sus representantes con este tipo de operaciones cuando se discutieron y sancionaron leyes que tuvieron resultados nefastos para el conjunto de la sociedad argentina. La historia reciente así lo demuestra”, sostuvieron.

Y ampliaron: “Esta artificial encrucijada a las que nos pretenden someter, de aceptarse, se transformaría en la derrota, no solo del pueblo que sufrirá las consecuencias de este pacto, sino que, además, se transformaría en la dolorosa derrota de la política, verdadera y vital herramienta que desde nuestras bancas pero fundamentalmente como militantes, no estamos dispuestos a aceptar”

Razones

Entre los argumentos, los legisladores cuestionaron el compromiso de subir las tasas de interés para lograr una tasa real positiva, por encima de la inflación. Sin embargo, dijeron que, al mismo tiempo “traerá un desincentivo directo al consumo, a la inversión productiva y al crecimiento económico”.

Teniendo en cuenta la reducción progresiva del déficit fiscal (2,5% para 2022; 1,9% para 2023; 0,9% para 2024; y 0% para 2025), consideraron que ese objetivo “depende en gran medida de la posibilidad de disminuir los subsidios” y remarcaron que eso, a su vez, impactará en el consumo y en la recaudación.

La meta de reducción de inflación nunca podrá ser cumplida”, señalaron los legisladores cristinistas. Argumentaron que la reducción del financamiento monetario, la quita de subsidios energéticos, el congelamiento del tipo de cambio real y los precios al alzza generarán “inflación por aumento de costos”.

La sesión en el Senado por el acuerdo con el FMI
La sesión en el Senado por el acuerdo con el FMIFabián Marelli – LA NACION

A su vez, indicaron que el objetivo de alcanzar un supéravit comercial positivo consolidado debe compatibilizarse “con la meta de mantenimiento del tipo de cambio real”, una medida que implica “una devaluación constante que es de por sí inflacionaria”.

En ese sentido, señalaron: “Se prevé que la tasa de ajuste del tipo de cambio siga a la inflación, o sea, define de antemano un nivel de devaluación al que el país se compromete. Devaluación significa más pobreza, más pédida de poder adquisitivo para los trabajadores y trabajadoras y más ganancias para los exportadores”.

Así, el sector más cercano a la vicepresidenta remarcó: “El éxito del pacto se apoya en varios supuestos que ya han quedado obsoletos con este contexto nacional e internacional de alta inflación y que desde el principio no permitían cumplir con el objetivo de crecer para pagar”.

LA NACION

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