«La gente tiraba esas bombas brasileras que la casa de Devoto parecía que se venía abajo. Y ya sabemos cómo era Diego, no se iba a quedar en el living diciendo ‘no tiren más cohetes por favor'», agregó.
«Entonces salió, les dijo un par de cosas, y estaba mi camioneta parada ahí y dice (Diego) ‘esta camioneta de mierda de quién es’ y pafff (simula una patada) porque la voy a romper toda», prosigue ya tentado.
«Entonces me acerco y le digo ‘gordo, -a Diego- es mía la camioneta’. Y se da vuelta así y me dice -solo a él- ‘después te la pago'», completó.
La palabra de Luciano Castro
Fuente: Minutouno