Regresó el Quilmes Rock con un épico cierre de Gorillaz

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En un primer día del regreso del Quilmes Rock marcado por las canciones perfectas de Estelares y Conociendo Rusia, la celebración a la permanente vigencia del legado de Virus, el reconocido pulso festivalero de Las Pelotas, la gran explosión de Trueno en terrenos rockeros y el amargo humor existencialista de El Cuarteto de Nos, Gorillaz puso un épico cierre en un predio de Tecnópolis ante unas 60 mil personas.

Si bien los grandes nombres y los sets a la altura de las respectivas expectativas que circularon a lo largo del día por los cinco escenarios ya permitían hablar de una muy buena presentación de esta edición del festival, el brutal despliegue sonoro e interpretativo del combo liderado por Damon Albarn elevó a niveles de excelencia el balance de la jornada.

También resultó una gran síntesis de lo ocurrido en las horas anteriores, porque la gran paleta sonora realzando grandes canciones de Gorillaz coronó una sucesión de sets en los que abundaron las tonadas redondas y las variantes estilísticas que permite el rock.

Aunque desde las 15 comenzaron a sucederse diversos shows, fue pasadas las 17, con la llegada masiva del público, en que la jornada comenzó a tomar color en los escenarios Quilmes y Rock, los dos más importantes del festival, con la presencia de Estelares, Airbag y Conociendo Rusia.

Como de costumbre, el grupo de Manuel Moretti sobresalió en el terreno de las canciones elegantes, de precisas melodías y buenas líricas, en un ajustado set; también en un plano cancionero aunque con otras intenciones, Conociendo Rusia prolongó ese momento de agradables tonadas.

Para el cierre de su set, Mateo Sujatovich, el artista que lleva adelante este proyecto, optó por «Rezo por vos», toda una declaración de principios del legado que busca mantener con su obra.

En medio de ambos momentos pop, Airbag puso la cuota de rock clásico, con una presentación en la que no faltaron ninguno de los artilugios del género, pues hubo escenografía con llamaradas de fuego, solos de guitarras veloces tocados con los dientes, distorsión y baladas de tono épico, entre otras cosas.

Pero también hubo una buena versión con realce en sus colores hardcore de «Money for Nothing», de Dire Straits, y un paseo por algunos riffs célebres, como el de «Walk this Way», de Aerosmith.

Llamado a ser el gran toque emotivo de la jornada, la nueva reunión de Virus, con los hermanos Marcelo y Julio Moura, y el baterista Mario Serra, esquivó con elegancia esa etiqueta y reafirmó que los clásicos de ayer pueden sonar tan modernos como hace 40 años.

Con éxitos como «Imágenes paganas», «Agujero interior», «El probador», «Amor descartable» y «Pronta entrega», entre otros, Virus dejó en claro que se trata de un repertorio que goza de tal actualidad que aún se resiste a jugar en el terreno de la nostalgia. Que no se haya evocado de manera expresa -porque se trata de una presencia que sobrevuela permanentemente- la figura de Federico Moura fue acaso otra acertada toma de postura.

La frutilla del postre fue Benito Cerati de invitado en «Luna de miel de la mano» y la sincera alegría de Marcelo Moura por esa visita. Resultó inevitable recordar que Federico Moura fue el productor en el debut discográfico de Soda Stereo.

A Virus le siguió El Cuarteto de Nos, con sus ingeniosas y cadenciosas líricas que, camufladas de libre asociación, desafían al oyente con sus planteos existencialistas. Entre algunos estrenos de su inminente nuevo disco y clásicos como «El hijo de Hernández» y «Yendo a la casa de Damián», la banda comandada por Roberto Musso redondeó una vibrante actuación que tuvo su momento más brillante en «Contrapunto para humano y computadora».

En medio de tanto rock y pop tradicional, Trueno aportó la sangre nueva con un set que no se alejó de las sonoridades rockeras pero desde territorios del rap, ese espacio en donde se viene desarrollando desde hace tantos años.

Una vigorosa banda y un enérgico desempeño vocal con soltura para lanzar sus rimas le permitieron a Trueno ganarse a un público que en pocos minutos más iba a estar saltando al ritmo de Las Pelotas.

Precisamente, antes del gran número central de Gorillaz, el grupo de Germán Daffunchio jugó el juego que mejor le sale: el de animar con su sucesión de clásicos al público festivalero. Para ello, dejó de lado su faceta más melancólica y sus exploraciones sonoras para apostar sobre seguro.

En tanto, en un escenario ubicado en las márgenes de los dos centrales, Vicentico, Eruca Sativa y Los Pericos se repartían los horarios nocturnos.

Para el gran final de este primer día, que más temprano había tenido diversos artistas emergentes, se reservó a la gran atracción del festival y Gorillaz no defraudó. El set del combo de Damon Albarn fue una prueba de imaginación musical y un derroche de carisma. El cruce final con Trueno en «Clint Eastwood» dejó la gran postal del festival -y más allá también-.

De paso, los grandes momentos que abundaron en esta primera jornada hicieron olvidar el gusto amargo de la cancelación a último momento de Fito Páez por haber contraído coronavirus.

El Quilmes Rock, que volvió a la presencialidad tras nueve años de ausencia y una edición virtual realizada en 2020, tendrá este domingo desde el mediodía su segunda y última jornada.

Nathy Peluso, Divididos, Los Auténticos Decadentes, Turf, Los Tipitos, Lit Killah y el homenaje a Catupecu Machu aparecen como las grandes atracciones para el cierre.

Fuente: telam

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