El cierre temporario del aeropuerto se debió a que los trabajadores debieron realizar una limpieza de la pista para la vuelta del avión, motivo por el cual sobrevoló Buenos Aires durante 30 minutos. La falla en el motor tuvo como resultado el desprendimiento de una de las partes de la aeronave.
Durante ese lapso, algunos vuelos que debían aterrizar fueron derivados a aeropuertos de alternativa, hasta tanto se solucionase el inconveniente y los que debían partir, sufrieron demoras de poco más de una hora.
La falla en el motor, producto posiblemente de un ave que fue succionada por la turbina, ocasiona la pérdida de compresión y, generalmente deriva en una pérdida de potencia de la unidad motriz y, como en este caso, del desprendimiento de las partes afectadas.
Los aviones bimotores, como en el de este caso, están preparados para volar normalmente con un solo motor, por lo que el aterrizaje fue normal y los pasajeros no sufrieron ningún inconveniente, salvo la molestia por no haber podido viajar, ya que la aeronave no se encontraba en condiciones de retomar el vuelo y debió quedar en tierra para su reparación.
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