Con el mensaje “Cuidar la vida es sembrar esperanza” se honró a Nuestra Señora de la Dulce Espera

Como parte del Mes Patronal de Cristo Rey se celebraron dos misas en defensa de la vida, una en el Centro Integral de Salud Banda y en la sede parroquial.

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Como cada día 15, se celebró la misa en honor a Nuestra Señora de la Dulce Espera y en esta ocasión se sumó al mes patronal de Cristo Rey; por lo tanto se desarrollaron dos eucaristías, la primera en el Centro Integral de Salud Banda y la segunda en la sede parroquial.

Misa en el CIS Banda

 

En ambas celebraciones se pidió por la Defensa de la Vida, por lo que el lema elegido por la Comisión de Nuestra Señora de la Dulce Espera fue:  “Cuidar la vida es sembrar esperanza”.

El padre Gastón Cuello destacó en su homilía: «En este quinto día de la novena rezamos de manera especial en Defensa de la Vida y primero deberíamos preguntarnos si realmente somos defensores de la vida y que actitudes tenemos para considerarnos como tales».

«Cuan importante es para nosotros el otro -continuó- porque hasta eso nos da la vida, sabernos solidarios, comprometidos con aquel que más nos necesita. Dios nos dice que él cree y espera de cada uno de nosotros. Al final de este evangelio nos dice ‘El Señor ha venido a buscar todo aquello que estaba perdido’. Las miradas de Jesús son salvadoras, las cercanías y los llamados de Jesús hacen que nuestra vida cambie».

También destacó: «María ha sabido decirle sí a esta invitación que ha hecho Dios para ser la madre del Salvador, y cuantas dudas habrán pasado por su mente al saber que iba a engendrar; las dudas que muchas veces ustedes mamás se pueden plantear en este país con una dificil situación,  mientras suenan voces que dicen que hagas lo que vos quieras, que es tu cuerpo y decisión la de traer o no al mundo a ese hijo y no es así, seamos coherentes. Toda vida entraba en el proyecto de amor de Jesús, por qué nosotros vamos a rechazarla «.

«Afortunadamente siempre está esa luz, ese llamado y esa esperanza de Dios en cada uno de nosotros, porque a pesar que nos equivocamos Dios no nos olvida. Ninguna situación es un ‘NO’ para Dios sino una oportunidad de él para llegar a nosotros y ahí está la libertad de cada uno, la libertad de esta mujer (María) que finalmente dijo ‘que se haga en mí según tu palabra'».

Finalmente destacó: «Ustedes y yo estamos invitados a ser testigos en la comunidad y nuestras familias de lo que Dios es capaz de hacer si lo dejamos entrar. Respondamos a ese llamado para que la nueva vida sea posible, defendámosla con alegría, respetándonos unos a otros; el cambio está en cada uno de nosotros».

Durante la ceremonia se realizó la bendición especial a Aldana, una quinceañera que fue consagrada en el vientre de su madre a Nuestra Señora de la Dulce Espera. En la ocasión, la adolescente ofrendó un ramo de flores a María.

Finalmente el párroco impartió la bendición a todas las mamás embarazadas; a los bebés recién nacidos -que fueron presentados ante la Dulce Espera y Cristo Rey- y a las parejas que esperan por el milagro de la llegada de un hijo a sus hogares.

 

 

 

 

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