Tal como estaba previsto, este sábado el padre Luis Escañuela Revilla, presidió su primera misa. La celebración se desarrolló en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús del barrio San Martín, comunidad que lo vio nacer y trabajar a favor del Reino de Dios.
El flamante sacerdote estuvo acompañado por los presbíteros Pedro y Cacho.
Tras las lecturas, el padre Pedro fue el encargado de hacer la reflexión. En la oportunidad indicó, «cuando hablamos de la imagen del pescador y del pastor, entendemos que es la misma persona. Estamos hablando de Jesús».
Más adelante agregó, «quiero pedirles que le demos siempre gracias a Dios. Jesús llamó a sus discípulos que eran personas normales, de la comunidad como nosotros, como ustedes conocieron a Luis».
«Cuando Luis terminó de hacer la comunión, su mamá me contó que él le decía, yo quiero estar ahí junto al padre en el altar, quiero ayudar. La vocación es algo que nace, que se va formando entre nosotros, es como esa semilla que se pone en la tierra y empieza a crecer. Dios nos manda pastores de nuestra comunidad, son gente como nosotros», sostuvo el sacerdote oriundo de México.
A la vez ratificó, «somos personas normales como cualquiera de ustedes tenemos frío, calor, hambre, a veces tenemos que integrarnos a otra familia a donde Dios nos pone. Somos del pueblo, elegidos del pueblo, pero con algo especial que es la presencia de Dios».
También pidió valor a los sacerdotes y acompañarlos. «Dios estará presente en el sacerdote, para bendecir; el Señor hablará a través de Luis. Es un motivo de fiesta para esta comunidad porque Dios ha querido sacar de aquí».
Finalmente el padre Pedro instó a los presentes a orar por el padre Luis, «y hacerle sentir el afecto independientemente en donde se encuentre».
