El próximo 17 de marzo a las 20 horas, el seminarista Federico Poldi recibirá la ordenación diaconal. La ceremonia se desarrollará en la parroquia Santiago Apóstol y será presidida por el obispo Vicente Bokalic.
Federico Poldi tiene 34 años, nació en Misiones, pero se crió en Santa Fe -de donde es oriunda su familia-. Toda su familia es religiosa y eso influyó de manera positiva sobre la vida del seminarista que tras tener un encuentro fuerte con Dios, decidió ingresar al seminario y entregar su vida al Señor.
En diálogo con LA BANDA DIARIO Poldi aseveró, «la vida misma te va preparando, también he tenido formadores, diálogos con el obispo, con mi director espiritual. En los próximos días tendré un ejercicio espiritual para continuar con mi preparación».
Más adelante reafirmó, «la misma vida te forma y te prepara, aprendes cosas lindas en los libros; pero lo que te toca vivir con la gente te forma más fuerte. Eso lo experimenté en la parroquia Santísimo Sacramento del barrio Borges».
«Nosotros nos consagramos a Dios, pero al servicio del pueblo. Por eso le pido al pueblo que rece mucho por los seminaristas, sacerdotes, obispos porque nos hace falta mucho», añadió Federico.
Para esta ocasión especial, el futuro diácono eligió la frase bíblica «Señor a quién iremos si solo tú tienes palabra de vida eterna». «Uno siempre busca a Dios, fuimos creados por Dios y nuestro corazón tiende a Dios y en todo lo buscamos. A veces lo buscamos mal, a veces nos equivocamos. A lo largo de mi vida este pasaje me ha acompañado. Me identificado mucho con este Pedro que dice esta frase«.
Más adelante explicó, «Jesús estaba predicando y mucha gente se le va, porque lo que decía era difícil de cumplir. Seguramente Jesús mira con dolor porque muchas personas se le va tras las frases fuertes., Mira a los apóstoles y les pregunta ustedes también se van a ir. Ahí se le acerca Pedro y le dice a dónde vamos a ir, donde voy a encontrar estas palabras de vida que sólo vos nos las puede dar».
«Digo a dónde voy a encontrar esto que encuentro sólo en Dios. Desde mi encuentro fuerte con Dios, en mi adolescencia, él ocupa un lugar importante en mi vida que nada puede reemplazar. Dios llena mi vida de una manera que nadie y nada más lo puede hacer. Es mi deseo de centrar mi vida en él, que él me haga feliz«, sostuvo.
Finalmente instó al pueblo, «que como regalo de ordenación recen por mi, sin la oración del pueblo no somos nada, pido oración por todos los seminaristas, sacerdotes y obispos».
