El manager Ricardo Piñeiro, uno de los más importantes que tuvo la industria de la moda principalmente en la década del ‘90, reapareció en una entrevista y disparó contra el mundo de las modelos.
En diálogo con Socios del Espectáculo (eltrece), el RRPP dijo que no volvería a trabajar en ese sector, repasó su cambio de vida, habló sobre su adicciones y fue durísimo contra las modelos.
Ricardo Piñeiro aseguró que no volvería a trabajar como representante y dio una opinión que puede levantar mucha polémica sobre el universo de las modelos.
“Este es un medio bastante especial porque generalmente hay muchas chicas desagradecidas. No lo digo con resentimiento porque no soy nada resentido. Ves una que decís que puede funcionar y la formás, lo que uno hace como manager, y después se nos agrandan un poco. Eso no está bueno. Diosas arriba, terrenales abajo, siempre decía”, comentó, con un dejo de ironía.
Cuando el cronista le preguntó con quiénes tenía buena relación, Piñeiro nombró a dos. “Con Paula Chaves tengo buena onda. La quiero mucho. Porque hay chicas que son muy agradecidas. Mariana Arias es una excelente conductora hoy, trabajó conmigo toda la vida”, remarcó.
En el reportaje, el manager también recordó sus gran drama hace unos años, cuando tuvo que abandonar el rubro de la moda. Según sus palabras tuvo una “gran depresión” por una estafa que padeció y tuvo que cerrar su empresa. Eso, terminó en algo nocivo para él: la adicción al alcohol.
“En un momento tuve una gran depresión por muchos problemas y tuve que cerrar la empresa. No me sentía bien y empecé a tomar un poco de más. Entonces, recurrí a Alcohólicos Anónimos que me salvó la vida. Vine todos los días durante un tiempo muy largo y hace 5 años no tomo alcohol”, comentó.
Piñeiro aclaró que tuvo muchos problemas de plata y que nunca fue millonario. “La gente creía que era millonario, pero la verdad que no. Se equivocan. Vivo en una casa linda, un departamento normal”, sostuvo. También aclaró que no se quedó en la calle porque tiene un buen pasar, igualmente. “Me rompí el alma durante 40 años, en realidad”, agregó.
El costado poco conocido de Piñeiro es su trabajo social que hace en un comedor de una iglesia, cerca de su casa, donde es voluntario hace 3 años. “Estoy comprometido por la causa, rescatamos gente en situación de calle. No ofrecemos una salida laboral, pero tratamos de que se inserten en la sociedad y tengan un trabajo digno. Se reza antes de la comida, agradeciendo que se come”, cerró.
Fuente: tn