«No toleraremos ningún desbordamiento», advirtió Macron, quien calificó a los manifestantes como unos «sediciosos» y los comparó con los seguidores bolsonaristas que realizaron un intento golpista en Brasil.
El jueves pasado, Macron y su primera ministra, Élisabeth Borne, hicieron efectiva la adopción de esta medida eludiendo al Parlamento por miedo a perder la votación en la Asamblea Nacional (cámara baja), donde el Gobierno carece de una mayoría absoluta.
Una reforma jubilatoria que elude el voto parlamentario
El premier francés aspira a subir la edad de jubilación de 62 a 64 años y a aumentar a 43 los años de cotización necesarios para recibir una pensión completa, una medida que ha generado una oleada de manifestaciones en el país.
Tras semanas de movilizaciones en las calles, el gobierno utilizó esta semana una disposición constitucional, a través del artículo 49.3 de la Constitución, que permite eludir el voto parlamentario para aprobar la reforma.
Tras esta controvertida maniobra, diputados de fuerzas opositoras presentaron dos mociones de censura contra el gobierno y miles de manifestantes volvieron a salir a las calles en varias ciudades del país.
En la jornada de este lunes, dos propuestas opositoras buscaron bloquear la iniciativa oficialista que subirá la edad de jubilación de 62 a 64 años a partir de 2030 mediante un voto de censura a Élisabeth Borne, primera ministra. Sin embargo, el Gobierno logró superar esta nueva barrera, y contra todos los obstáculos, sigue adelante con la reforma.
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