La noticia se conoció este domingo apenas pasado el mediodía: a los 86 años y en un departamento del hotel de Recoleta en el que había vivido durante los últimos meses, murió María Kodama. Era la heredera universal de Jorge Luis Borges, de quien fue pareja por más de una década y con quien contrajo matrimonio apenas dos meses antes de la muerte del escritor, en 1986. Kodama era no sólo su viuda y heredera, sino también su albacea: a su cargo estaba la administración de la obra y de los derechos de autor del máximo escritor de las letras argentinas.
La pregunta que sigue, y que despierta ansiedades en el mundo de la literatura y del periodismo cultural, es quién va administrar esa obra y esos derechos a partir de ahora. “Esta semana debería conocerse el testamento y revelarse lo que (Kodama) dejó establecido al respecto. Estamos esperando que aparezca el documento”, dice Fernando Soto a Infobae Leamos. Es el abogado y apoderado de la viuda de Borges. Ante la consulta de quién está en posesión del testamento, Soto apenas desliza: “Una persona muy allegada a ella”.
¿Hay pistas sobre quiénes podrían heredar la administración de esa obra? En agosto de 2022, en entrevista con el periodista Daniel Gigena del diario La Nación, Kodama había señalado: “Está todo planeado. Una parte estará a cargo de una universidad estadounidense, donde él daba conferencias, y otra parte, a cargo de una universidad japonesa, donde enseñan español y la obra de Borges. No puedo decir cuáles son esas universidades porque los van a volver locos y no van a querer saber nada”.
Este lunes, ante la consulta por ese posible destino, Soto le dijo a Infobae: “Ella (por Kodama) se puso en contacto con instituciones de Estados Unidos y de Japón. Hay que esperar el documento para tener claro qué determinó exactamente”. En ese mismo sentido, unas horas después de la muerte de Kodama, su amiga Claudia Farías Gómez le había dicho a este medio: “Aún no podemos informar sobre lo que sucederá. Cuando termine el duelo te informaré”.
El control que Kodama ejerció sobre la obra de Borges desde la muerte del escritor fue estricto y, en muchos casos, mediado por los tribunales. El caso más conocido fue el juicio que le inició al escritor Pablo Katchadjian. En 2009, el autor publicó El aleph engordado, una versión expandida de tal vez el cuento más gravitante de Borges. Katchadjian decidió agregarle unas 5.600 palabras a la obra original y Kodama decidió enjuiciarlo. Recién en 2021 la Justicia absolvió definitivamente al escritor, que tuvo que ser compensado por la albacea en 880.000 pesos.
Ese mismo control por parte de Kodama fue el que hizo que la obra de Borges no tendiera a disgregarse en volúmenes creados ad hoc, sino que mayormente mantuviera sus ediciones. Su círculo íntimo replicaba en las últimas horas la misma palabra, cargada de tradición genética, con la que la propia Kodama definía su vínculo con la obra de Borges: “samurái”. “Recibió un gran legado que defendió con el honor de un Samurái. Pero lo hizo por amor, no sólo por deber”, decía este domingo Farías Gómez, abogada y co-autora junto a Kodama de La divisa punzó, libro que publicaron en 2022.
Este lunes, tras cumplir con la indicación de Kodama de no ser velada, los restos de la viuda y albacea de Borges fueron trasladados al Parque Memorial de Pilar. No hay certezas sobre cómo continuará ese legado, aunque sí hay pistas que la propia Kodama dejó a través de sus declaraciones públicas. Si efectivamente la tutela de la obra de Borges pasa a instituciones de Estados Unidos y Japón, entonces las decisiones centrales ya no se tomarán en suelo argentino.
Algo de eso ya se vislumbra en el hecho de que el cuerpo de Borges haya sido enterrado en Ginebra, Suiza, bajo una lápida con inscripciones en anglosajón antiguo y noruego. Es que, también a través de esos detalles, se trata del autor argentino más universal de todos.
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