Con el Domingo de Ramos la iglesia católica comienza a vivir Semana Santa. Por tal motivo el obispo de la Diócesis de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic instó a los feligreses a acercarse, «a Semana Santa sin miedo, sin vergüenza. Nos espera Jesús con los brazos abiertos».
El prelado santiagueño envió un mensaje a la comunidad bandeña en esta fecha tan especial, «con el Domingo de Ramos iniciamos una nueva Semana Santa, los días más importantes en nuestro calendario para los cristianos. Terminamos la Cuaresma que es una preparación para vivir intensamente el espíritu de Semana Santa que es revivir la entrega de amor más grande que hubo en la humanidad».
Sobre esta cuestión agregó, «Dios que se hace hermano nuestro en la persona de Jesús aquel que asume toda nuestra historia, todos los males de la humanidad, todo el pecado, lo lleva a la cruz para poder rescatarnos del poder del mal y llevarnos a una vida nueva».
El pastor de la iglesia santiagueña manifestó, «la Semana Santa es acercarse a ese Jesús hermano nuestro, nació pobre, vivió pobre y murió pobremente. Asumió la pobreza, la marginación, el desprecio, el abandono, la mentira, la violencia, todos los males del ser humano y que por amor cargó sobre sí esos males. Ofreció su vida por amor al padre y a nosotros cumplió cabalmente ese mensaje del Señor, tanto amó Dios al mundo que envió su hijo por nosotros».
«La Semana Santa es el amor de Dios llevado hasta el extremo, para que podamos decir me amó y se entregó por mí. Que lindo es acercarse y participar de los encuentros y celebraciones. Es acercarse a Jesús que nos mira con mucha paciencia, con mucha bondad, con misericordia; un Jesús que desde la cruz nos quiere abrazar, nos quiere salvar nos quiere hacer hombres y mujeres nuevos que nos saca de nuestros egoísmos, encerramientos, de nuestro aislamiento de todo aquello que nos impide amar a Dios y amar al prójimo«, añadió.
Por otra parte expresó, «este es el Dios que viene a nosotros, no viene a condenar sino que conoce perfectamente que hay en el corazón de cada persona y se compadece por la tristeza, desesperanza, para enriquecernos con su amor. Semana Santa es una invitación de acercarnos a este misterio de amor, la pasión, la muerte y resurrección de Jesús«.
El obispo Bokalic acotó, «después de Semana Santa vamos a renovar el júbilo, la alegría del triunfo de la vida sobre la muerte. Jesús que fue sepultado, que cargó sobre sí todos los males resucita a una vida nueva y esta es la gran esperanza nuestra, no es la última palabra, ni el mal, ni el odio, ni la venganza, ni la injusticia, ni tantos males, la última palabra es la vida que surge desde la muerte; la vida que surge desde el amor entregado es para nosotros revivir ese amor que nos da esperanza para ponernos de pie cada día».
Más adelante monseñor anheló, «ojalá que nos acerquemos con mucha esperanza, con la necesidad de ser abrazados por Dios, a vivir esta Semana Santa. Dios quiere pasar por nuestras vidas, quiere regalarnos algo nuevo; nos espera tal como somos nosotros. Sólo necesita un corazón humilde para que pueda transformarlo, llenar de luz, darnos el perdón».
«Hermanos aquellos que están cerca, aquellos que están lejos, los que son frecuentadores, y los que van pocas veces, la Semana Santa es una cita con Jesús que nos amó hasta el extremo. Dice Pablo hay gente que puede morir por una causa justa, en cambio Jesús muere por los pecadores, verdugos, por aquellos que están en el mal. Dejémonos traspasar por ese amor, para que calé en nuestra vida, acerquémonos a Semana Santa sin miedo, sin vergüenza, nos espera Jesús con los brazos abiertos, desde la cruz nos mira con mucho cariño, con mucha ternura», agregó el prelado.
Finalmente monseñor Bokalic deseó a todos, «los hermanos que podamos vivir intensamente Semana Santa de la mano de Jesús, acompañándolo en su paso hacia el calvario para morir con él y resucitar a una vida nueva. Que el Señor los bendiga, les muestre su rostro misericordioso, les renueve la fe y esperanza para caminar juntos como comunidad que sirve al Reino de Jesús que es un Reino de justicia, de paz y de verdad».