La primera jornada electoral dejó una sorpresa en Neuquén: el candidato opositor, Rolando Figueroa, le ganó la gobernación al oficialista Marcos Koopmann. Así, el Movimiento Popular Neuquino (MPN) perdió la provincia después de 60 años en el poder. Por el momento, con el 98.44% de las mesas escrutadas, Figueroa se impone con el 35,6% a 33,09%.
“Desde Neuquén y Río Negro hemos enviado un mensaje muy importante a todo el país: las grietas hacen mal”, aseguró Figueroa en sus primeras declaraciones a la prensa como gobernador electo. “Para que a los neuquinos nos vaya bien tenemos que dejar las cosas que están bien y cambiar las que están mal”, remarcó. “El que perdió es el oficialismo azul, pero ganamos todos los neuquinos, porque hemos elegido libremente, sin miedo”, agregó el diputado.
“Logramos un gran acuerdo por Neuquén y va camino a constituirse en una nueva mayoría en Neuquén”, remarcó Figueroa. “El gobernador es un hombre de Estado y sé que no va a tener ningún inconveniente en reunirnos para poder planificar a futuro. El pueblo neuquino lo eligió a él para gobernar por 4 años y lo vamos a respetar, pero sería muy bueno tender un puente de diálogo”, manifestó el mandatario electo.
Por su parte, en el búnker del oficialismo la desazón era palpable: “El pueblo se expresó y en esa expresión está el resultado”, dijo el vicegobernador, tras felicitar a quienes salieron ganadores, pero sin mencionar a Rolando Figueroa. Luego tomó la palabra su compañera de fórmula, Ana Pechen, para felicitar a Mariano Gaido por la intendencia de Neuquén. También evitó mencionar al próximo ganador. “No estamos caídos”, afirmó luego el actual vicegobernador, y alentó a trabajar para las próximas elecciones.
La polarización entre Figueroa y Koopmann era la esperada. El tercer lugar supera los 12 puntos y es para el candidato del Frente de Todos, Ramón Rioseco. Este es un resultado histórico, de gran impacto para la política provincial. En principio, la fuerza que creó el candidato retador para esta gesta electoral es muy heterogénea.
Más allá del partido Comunidad, “Rolo” sumó al PRO, al Movimiento Evita, y hasta un sector del radicalismo, entre otras fuerzas que se arrimaron a un armado que fue por la hazaña.
El batacazo de este domingo se cocinó a fuego lento durante años. Figueroa pensó su salida del oficialismo hace 5 años, cuando compitió en la interna por ser el candidato a gobernador del MPN con el actual mandatario, Omar Gutiérrez, y perdió. En aquel momento era vicegobernador, pero ya estaba rota la relación. Lo que vino después fue una retirada momentánea de la arena política, donde se dedicó a construir en silencio los cimentos de su vuelta.
Y llegó el 2021 legislativo, donde cobró fuerza un operativo clamor para que juegue dentro del MPN para ser diputado nacional. Las PASO se presentaban como la ocasión ideal para probarse frente al electorado. Por fuera del aparato oficial, Figueroa se impuso en la interna abierta y a la postre fue electo diputado nacional.
Ese fue el primer escalón de la campaña, que se confirmó recién un año después. Consciente de que enfrentaba a un gigante que había conducido los destinos de los neuquinos en los últimos 60 años, Figueroa forjó alianzas a uno y otro lado de la grieta. Allí conquistó a los popes del PRO local, que decidieron apoyar su candidatura. También convenció al entonces presidente de la UCR provincial, que finalmente fue el candidato a intendente en la capital y terminó renunciando al partido centenario. Pero necesitaba sumar del otro lado, del peronismo. Allí logró el respaldo del líder del PJ capitalino, Marcelo Zúñiga, que es referente del Movimiento Evita.
El desafío ahora será transformar una coalición electoral en un frente de Gobierno. Figueroa es un hombre de diálogo, se forjó en sus años como intendente de Chos Malal y Huinganco, pero también en su rol como legislador provincial y al frente de la Legislatura en sus 4 años como vicegobernador. Restará ver si puede sostener la misma comunicación al mando de la gobernación.
Y claro, ver qué rol tomará el MPN, que nunca fue oposición en la provincia. Será un barajar y dar de nuevo para el histórico partido, que deberá rearmarse para recuperar la identidad perdida.
La derrota del oficialismo también se viene anunciando desde hace años. Las señales estaban a la vista. En las últimas elecciones, el MPN fue perdiendo contundencia, votos. Ya no era la aplanadora de sus años dorados y debía recurrir cada vez más a las famosas colectoras. El desgaste de más de 60 años de gobierno y la elección de un candidato sin tanta popularidad, completaron un cóctel fatal.
Fuente: tn