Aun así, la reforma establece una excepción para las parejas adolescentes con una diferencia máxima de edad de cinco años, a quienes no se perseguirá si los dos miembros tienen más de 13 años.
La última vez que Japón revisó su ley de delitos sexuales fue en 2017. Era la primera modificación de ese texto en más de un siglo, pero muchos activistas consideraron que «se quedó corta».
La nueva reforma también aclara los requisitos para una condena por violación, después de que una serie de controvertidas absoluciones en 2019 provocaran protestas a nivel nacional.
Con la ley anterior, la acusación debía demostrar que las víctimas estaban incapacitadas debido a la violencia o la intimidación.
Para los críticos, esta exigencia culpaba en la práctica a las víctimas por no haberse resistido lo suficiente.
La nueva ley aprobada este viernes enumera una serie de ejemplos que pueden constituir un delito de violación, como el hecho de que la víctima esté bajo la influencia de las drogas o el alcohol, que esté asustada o que el autor tome ventaja de su estatus social.
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