La merma productiva y las desventajas competitivas de las bodegas exportadoras impactaron de lleno en los números del primer semestre. Según datos publicados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en los primeros seis meses del año se exportaron 96,4 millones de litros de vinos, lo que dejó como resultado una caída del 31,7% en relación al mismo período del 2022, cuando las empresas locales enviaron al exterior 141,2 millones de litros.
Dentro de ese volumen se distinguen dos grandes ramas de productos: los fraccionados y el vino a granel. Dentro del primer grupo, que en su mayoría son vinos embotellados (98,9% del total), se registró una retracción del 26,8% en el primer semestre del año. En detalle, se exportaron 101,7 millones de litros de vino entre enero y junio de 2022 y 74,5 millones en la primera mitad del 2023 (27,2 millones de litros menos).
El impacto en facturación
La caída de la industria vitivinícola fue muy dura también en términos de valor, aunque la suba de los precios internacionales atenuó parte de la caída.
De acuerdo al último informe publicado por el INV, en el primer semestre las bodegas lograron ventas al exterior por un valor total de USD 337,4 millones FOB (free on board – valor de la mercadería en el puerto de partida), un 21% menos que entre enero y junio del 2022, cuando se facturaron USD 427,3 millones.
Se trata de un enorme retroceso, más aún si se consideran los ambiciosos planes a que había dado lugar en su momento el éxito mundial del Malbec, el mero tamaño del mercado mundial, que en 2022 registró USD 42.000 millones en exportaciones vitivinícolas y algunas oportunidades que en los últimos años se le habían presentado a la Argentina para ganar posiciones en algunos mercados. Por caso, el Brexit, que mejoró la competividad argentina en Gran Bretaña, los aranceles del 25% que EEUU, durante el gobierno de Trump, impuso a la importación de vinos europeos, en represalia por el conflicto entre Boeing y Airbus, y la prohibición que China llegó a imponer a los vinos de Australia, en represalia porque el país oceánico insistió en una investigación sobre los orígenes del Covid 19.
Tal vez la medida más clara sobre la distancia entre el actual nivel de exportaciones y las expectativas del sector sea el “Plan Estratégico Vitivinícola 2020” de la Corporación del sector, que apuntaba a una meta de USD 2.000 millones de exportaciones vitivinícolas.
La mayor parte de la caída del primer semestre se explica por los malos resultados registrados en los vinos fraccionados, de mayor valor agregado que el granel. Según el INV, las empresas vitivinícolas facturaron USD 394,8 millones por exportaciones de vino fraccionado en la primera mitad de 2022 y bajaron a USD 315,4 millones en igual período de este año, una reducción de poco más del 20 por ciento.
La caída fue menos pronunciada que en volumen debido a que el precio promedio de los vinos fraccionados aumentó de USD 3,88 a USD 4,23 por litro.
Por su parte, las ventas de vino a granel tuvieron una baja en valor de 32,3%, tras caer de USD 32,5 a USD 22 millones en los meses analizados. Al igual que en los fraccionados, hubo una recuperación del precio promedio internacional, que avanzó de USD 0,82 a USD 1 por litro.
Mal año para el mosto
Las exportaciones de mosto (jugo concentrado de uva) tampoco tuvieron un buen comienzo de año. Las estadísticas publicadas por el INV demuestran que entre enero y junio de esta temporada se enviaron al extranjero solo 15.949 toneladas de ese producto, un 61,2% menos que las 41.141 toneladas de los primeros seis meses del 2022.
En términos de valor, la caída fue del 50,3%. Los exportadores locales facturaron USD 59,8 millones en los primeros seis meses del 2022 y USD 29,7 millones en los mismos meses de 2023. En ese caso, el precio promedio tuvo un fuerte repunte del 28,2%, pasando de USD 1.454 a USD 1.836,6 por tonelada.
En gran medida, las caídas registradas en vinos fraccionados, granel y mosto, se explican por una merma del 21% en los niveles de producción en relación a la temporada anterior. Algunas de las zonas vitivinícolas más productivas del país se vieron particularmente afectadas por las contingencias climáticas, no solo por la sequía, sino también por las tormentas de granizo y las heladas.
Fuente Infobae