En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, el padre Gastón Cuello llamó a los fieles a «aprender de María, porque con el servicio continuamos con el plan de Dios».
La celebración eucarística se desarrolló con el mensaje «Madre, lleva nuestras súplicas» en el día de la Asunción en cuerpo y alma al cielo de la Virgen María, siendo signo de esperanza firme y de consuelo para el pueblo de Dios.
En su homilía, el sacerdote destacó: «Hoy celebramos a nuestra Madre, nos hemos convocado para dar gracias a Dios por la obra que ha realizado por esta mujer, que fue preservada de todo pecado, y fue asunta al cielo al lado de su hijo para convertirse en nuestra esperanza».
También destacó que la vida de María no fue fácil, «tuvo padecimiento, sufrimiento, muchas pruebas que superar, pero Dios tuvo un plan salvífico, el mismo que tiene para todos. Entonces, es los momentos más duros acudamos a ella que nos dará las fuerzas que necesitamos porque es la verdadera intercesora ante el Señor».
Se refirió además a la alegría que irradiaba al ayudar al prójimo. «Debemos aprender de María, porque con el servicio continuamos con el plan de Dios, quien nos convoca a colaborar, a compartir la fe en comunidad y sino lo hacemos la tarea no alcanza. Ella nos ayudará, nos alentará, como toda Madre jamás nos dejará solos, aprendamos a reconocer nuestra pequeñez como ella misma lo hizo».
Finalmente señaló: «Pidamos tener el mismo desprendimiento que nuestra Madre para ser felices, porque estamos llamados a llevar la alegría al pueblo que tanto lo necesita. Sigamos aprendiendo de ella, si se lo pedimos nos ayudará a nunca bajar los brazos y tener la disponibilidad para servir con alegría».
Como cada 15 de mes, se celebró a Nuestra Señora de la Dulce Espera con la bendición de las mamás embarazadas, los bebés recién nacidos y las parejas que piden por la llegada de un hijo a sus hogares.
Aniversario de la hermana Atilia
Durante la ceremonia, el padre Gastón bendijo a la Hermana Atilia quien celebraba su 58° Aniversario de Vida Consagrada en la Congregación de las Hermanas Doroteas.
La misa finalizó con la bendición a los monaguillos que celebraban su día brindando servicio.
