Las evidencias en contra del médico cardiólogo José Antonio Chávez Espinoza, imputado como principal autor del crimen de su hermano Enrique Daniel Chávez Espinoza, serían contundentes. Para la Fiscalía fue un plan macabro que tuvo por fin de hacer sufrir a la víctima antes de provocarle la muerte.
A través de una audiencia, que se llevó a cabo en la Unidad Fiscal de La Banda, el viernes el Dr. Hugo Herrera solicitó la prisión preventiva para el galeno acusado de delito de homicidio calificado por alevosía y ensañamiento.
Tras varias horas de alocución, el fiscal mostro las pruebas que lograron recabar hasta el momento, las cuales sindican a José como el autor del asesinato de su hermano a quien tras herirlo en la cabeza lo habría quemado vivo. El Dr. Herrera para argumentar su pedido sostuvo que –según las evidencias– el profesional planeó minuciosamente cada detalle y ejecutó el crimen de su hermano, quien fue hallado quemado en un camino vecinal.
Explicó que existen evidencias que sostienen que el imputado fue el último que vio con vida a su hermano la noche del miércoles 5 de julio cuando cenaron juntos. Allí logró que su hermano quedara «descompensado» y r llevó adelante el plan macabro. Para la Fiscalía, el profesional se aseguró de reducir a su hermano, colocándole inyecciones –tal como él lo reconoció durante su declaración– para así poder «matarlo sin problemas» lo que configura la alevosía.
Además, los investigadores sostienen que solicitó la ayuda del enfermero –detenido y excarcelado– para concluir con su plan, al trasladarlo hasta La Banda donde le habría ocasionado la lesión en la cabeza y luego le prendió fuego aún con vida.
En el punto de la herida, se abrió una nueva incógnita, pues hasta el momento no se determinó fehacientemente que la lesión que el cadáver tenía en la cabeza fuera provocada por un disparo de arma de fuego. En ese momento, el representante del Ministerio Público Fiscal expresó que el informe médico sostiene que se trata de una herida «con orificio compatible con arma de fuego o neumática» por lo que no descartan la utilización de cualquier otro elemento en vez de un arma de fuego.
Al respecto, el fiscal expresó que «falta analizar de qué material son los fragmentos que se le extrajeron para determinar qué es». La hipótesis judicial sostiene que el profesional de la salud al ver a su hermano totalmente indefenso lo hirió para ocasionarle una muerte dolorosa y agónica. Luego decidió prenderle fuego para acrecentar su dolor. Allí entraría la figura del ensañamiento.
El fiscal habló de la conducta que el cardiólogo tuvo días posteriores de la muerte de su hermano, tales como ocultar evidencia y evitar la búsqueda del hermano. Destacó las mentiras que dijo a su madre sobre el paradero de la víctima así como también a sus amigos a quienes les había dicho que su hermano se encontraba de viaje.
El Dr. Herrera reveló que dentro de la casa del médico –en el barrio San Carlos de La Banda– hallaron la billetera con documentos y el teléfono celular del joven asesinado. Además allí se encontraron las jeringas y la «drogas» que usó para sedar a la víctima. Tras la postura de las partes, el juez José Luis Torrelio decidió utilizar el permiso constitucional y difirió la resolución para los próximos días.
Las zapatillas del médico coinciden con las huellas
Entre la gran cantidad de medidas que la Fiscalía solicitó y esperaba informe se encontraba el resultado de las pericias de «pisada» realizadas en el lugar donde se halló el cuerpo de la víctima, en el interior del departamento Banda.
Tales evidencias consistieron en comparar los rastros de calzados y de vehículos con las huellas encontradas sobre el camino de tierra. Según explicó en la audiencia el Dr. Herrara hubo una pericia «coincidente».
Se supo que la huella encontrada en el camino vecinal coincide con la planta de una zapatilla hallada en la vivienda del sospechoso, secuestrada el pasado 18 de julio cuando la policía allanó su vivienda.
Su relato «no tiene consistencia»
En un momento de la audiencia, el Dr. Herrera también se refirió a la declaración indagatoria prestada el pasado martes, cuando por más de cuatro horas, el médico contó su versión de cómo sucedieron los hechos. Allí aseguró que trasladó a su hermano hasta su casa ya que éste quería hablar porque tenía problemas con unos supuestos acreedores.
Dijo que cuando se encontraban próximos a ingresar, habrían sido abordados por dos sujetos armados que lo obligaron a conducir hasta el paraje La Victoria donde los supuestos atacantes bajaron del rodado a su hermano y le ordenaron que buscara 20 mil dólares. Sobre esta situación, el fiscal refirió que según los horarios de los registros de las cámaras el acusado no tuvo tiempo de detenerse en su casa. Para la Justicia, el relato del supuesto homicida carece de consistencia.
El recorrido realizado por el imputado
A través de las imágenes fílmicas secuestradas durante toda la investigación judicial, que llevaron decenas de horas de un análisis minucioso, la Justicia reconstruyó todo el camino que el médico realizó desde la casa de su madre en calle Santa Fe al 200 (ciudad Capital) hasta el paraje La Victoria, Banda.
Según se ventiló en la audiencia, Chávez Espinoza salió desde Santa Fe entre Pedro León Gallo y San Martín, atravesó el centro santiagueño hasta salir a la autopista Juan Domingo Perón, luego tomó colectora hasta la Ruta 51. Pasó por frente de su casa, en el barrio San Carlos, para luego llegar hasta la Ruta 34. Atravesó el puesto de La Balanza donde se encuentra el control de Gendarmería Nacional hasta finalmente llegar al paraje La Victoria e ingresar al camino vecinal a unos 3 kilómetros de la ruta.
Idéntico recorrido realizó para regresar. Cabe mencionar que todo ese viaje lo realizó en el auto Toyota Corolla, propiedad de la víctima que el acusado vendió días después del homicidio.
Fuente: el liberal