«Tanto judíos como musulmanes cuentan que ya no se sienten seguros, y esto me entristece», agregó Türk, con el foco puesto en los actos que se puedan cometer, en la persecución de símbolos y en las palabras que puedan pronunciar líderes políticos y que, «sin duda», tienen consecuencias.
En este sentido, recordó que el derecho internacional es «claro» y prohíbe «cualquier defensa del odio por motivos de nación, raza o religión que constituya una incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia»
Al mismo tiempo, instó a las autoridades a respetar la libertad de expresión y el derecho de reunión, después de que en algunos países se hayan impuesto límites sobre las concentraciones a favor de israelíes o de palestinos, en gran parte de casos alegando cuestiones de seguridad nacional o la necesidad de contener determinados discursos.
Sin embargo, manifestó que entiende que hubo «restricciones generalizadas o desproporcionadas» sobre el derecho de manifestación y que limitaron de forma «predominante» la convocatoria de movilizaciones pro palestinas.
Los gobiernos deben acometer medidas de manera «proporcionada» y «garantizar que haya un espacio seguro para la participación y el debate», sin restringir las declaraciones críticas o las «expresiones de solidaridad» con alguna de las partes, expresó.
«Cuando las tensiones y las emociones están a flor de piel, es la ley la que debe guiarnos en la protección de los Derechos Humanos», advirtió.
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