(Washington, Estados Unidos) Al menos 7,7 millones de venezolanos viven fuera de su país y el 84% de ellos lo hace en América Latina y el Caribe. Si bien el pico de salida del país ya pasó, la región atraviesa este año una réplica muy fuerte del terremoto migratorio que comenzó en 2015. Ahora los desplazamientos se dan entre países de la región y hacia Estados Unidos, en busca de oportunidades en lugares diferentes al primer destino, donde en muchos casos también sintieron la violencia, el desempleo y la xenofobia.
Según un nuevo informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA), los desplazados se han ido principalmente a Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina y Brasil. Las razones son políticas, económicas y de derechos humanos, tales como hiperinflación, desabastecimiento, violencia y represión por parte de la dictadura de Nicolás Maduro.
La llegada masiva de venezolanos también ha representado un desafío para las naciones receptoras. “Los Estados deben tomar medidas para promover la integración social y la resiliencia de las personas venezolanas, en particular a través de la garantía de los derechos a la no discriminación y los derechos económicos, sociales y culturales, incluyendo el acceso al derecho al trabajo, la educación y la seguridad social”, señala el informe de la CIDH.
Las causas de la salida de Venezuela
Durante la presentación de este nuevo documento, la secretaria ejecutiva de la CIDH, Tania Reneaum Panszi, destacó que la comisión ya viene señalando desde 2018 cómo la represión generalizada ha derivado “en la ausencia del Estado de derecho”.
Según la relatora, el país ha tenido en paralelo, “un vertiginoso deterioro de la situación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales”, que así como “el reducido acceso a estos derechos y sobre todo a servicios públicos de calidad, son el principal factor de desplazamiento de personas desde Venezuela”.
La réplica del terremoto
La enorme mayoría de los migrantes venezolanos decidieron quedarse en la región. Colombia fue el país que más recibió, unos 4,9 millones según cifras actualizadas a agosto de 2023 por la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V). Pero también a otros países sudamericanos como Perú, que es el segundo en cantidad de receptores.
Te puede interesar:Tras haber justificado los ataques de Hamas, Maduro acusó a Israel de sembrar “una ideología más peligrosa que la nazi”
En la presentación del informe de la CIDH participó Eduardo Stein, representante conjunto de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para Venezuela, quien destacó los problemas que están sufriendo los migrantes en los países receptores.
“Más de 4.4 millones de venezolanos todavía enfrentan dificultades para acceder a alimentos, vivienda adecuada, atención médica, empleo formal. A pesar de los esfuerzos de los países de acogida para regularizarlos e integrarlos, 19% de los niños están fuera de la escuela”, dijo Stein. Agregó que en los ocho países donde hay datos disponibles, los niveles de empleo de personas refugiadas y migrantes económicamente activas varían entre el 61% el 97 por ciento.
Otros de los problemas de adaptación que tienen los migrantes no son económicos o de oportunidades, sino de adaptación o de cómo los tratan en el país de acogida. El informe de la CIDH destaca la discriminación y la violencia.
Según José Luis Caballero, relator sobre los derechos de las personas migrantes, “la violencia a la que están expuestos es incitada, además, por discursos estigmatizantes que denotan xenofobia y racismo”. Dijo que esas expresiones “alientan y justifican la violencia hacia las personas venezolanas” además “reproducen además estereotipos negativos”. Según Caballero, eso es más grave aún cuando las expresiones son realizadas por autoridades porque eso lleva a que haya tolerancia institucional hacia la violencia.
Todas estas razones son las que están llevando a muchos venezolanos a un segundo o tercer desplazamiento. “La falta de opciones viables en algunos países de acogida impulsa a muchas personas a seguir adelante en busca de un futuro más estable, embarcándose en movimientos sucesivos”, dijo Stein, quien destacó que “el desplazamiento transfronterizo y los movimientos de personas desde la República Bolivariana de Venezuela continúan” y que las cifras de retorno al país aún son bajas. Según dijo, se ha visto “un bajo nivel de aumento en los movimientos espontáneos del retorno”.
La preocupación de Estados Unidos
La disconformidad de algunos venezolanos con la situación que viven en algunos países que fueron la primera o la segunda opción de migración los lleva a pensar en desplazarse nuevamente, pero ahora hacia Estados Unidos.
“Durante los primeros nueve meses de 2023 más de 400.000 personas, 63% de ellas venezolanas, se desplazaron hacia el norte del continente a través de la selva del Darién, en Panamá, lo que representa un aumento de casi tres veces en comparación con el mismo período en 2022″, dijo Stein.
Esa realidad ya empieza a golpear las puertas de Estados Unidos, que recientemente anunció un acuerdo con la dictadura de Nicolás Maduro para retomar las deportaciones a Caracas, en un mensaje a los venezolanos que quieran llegar al país.
Durante la cumbre de presidentes de la Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas (APEP, por sus siglas en inglés), realizada hace dos semanas en la Casa Blanca, Estados Unidos anunció acciones para ayudar a los países que son el primer destino para los migrantes para que logren integrarlos a sus países.
Las recomendaciones de la CIDH
En su nuevo informe la CIDH señala que uno de los principales obstáculos que enfrentan los migrantes venezolanos en los países de la región es la regularización de su status legal. Muchos llegan indocumentados o con pasaportes vencidos, lo que les impide acceder a servicios básicos y al mercado laboral formal. Por ejemplo, en Chile los venezolanos en situación irregular no pueden inscribirse en el sistema público de salud si no se “autodenuncian”, exponiéndose a la deportación.
Otro problema grave es la xenofobia y la discriminación, dice la CIDH, dado que eso dificulta su integración e incrementa su vulnerabilidad.
Asimismo, persisten las trabas para el reconocimiento de títulos universitarios, lo que obliga a los profesionales venezolanos a insertarse en empleos informales muy por debajo de su calificación. Colombia y Perú son países que han facilitado la convalidación, pero en otros destino eso no se ha solucionado. El 92% de los venezolanos migrantes no ha logrado convalidar sus estudios en los países de acogida.
Ante la magnitud de esta crisis migratoria, la CIDH insta en su informe a los países de América Latina a reforzar la cooperación y asistencia a las naciones receptoras. “La respuesta a la migración forzada pasa desde reconsiderar aquellas medidas que agravan la situación de derechos humanos en Venezuela, como las sanciones sectoriales y las medidas coercitivas unilaterales, hasta garantizar el acceso a derechos en condiciones de igualdad y apoyar todos esfuerzos genuinos para atender las causas del desplazamiento”, señala el informe.
Si bien países como Colombia, Ecuador y Perú han realizado esfuerzos importantes para acoger a los migrantes venezolanos, estos se han visto rebasados por la magnitud de la crisis. Urge diseñar mecanismos regionales de protección y regularización de los flujos migratorios.
Asimismo, es clave fortalecer la asistencia técnica y financiera de la comunidad internacional a los países con mayor carga migratoria. Ello permitiría expandir la capacidad de sus sistemas de salud, educación y vivienda.
Durante su visita a la Organización de Estados Americanos (OEA) de la semana pasada, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, hizo un fuerte reclamo para que la cooperación económica a los países para asistir a los migrantes vaya directo a los países. Según Chaves, mucho de ese dinero, al pasar por distintas organizaciones e instituciones, no llega de forma directa a las personas que debe apoyar.
Fuente Infobae