Martín Lousteau fue elegido presidente de la Unión Cívica Radical

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Este viernes por la tarde el senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires Martín Lousteau fue elegido como el nuevo presidente de la Unión Cívica Radical. Hasta hoy, quien presidía el partido político era el exgobernador de Jujuy Gerardo Morales. El excandidato a jefe de Gobierno porteño era vicepresidente del radicalismo, por lo que su mandato es una suerte de continuidad.

La elección fue unánime, pese a que los gobernadores radicales tenían su propio candidato: el mandatario correntino Gustavo Valdés. La intención era seguir fortaleciendo al núcleo de jefes provinciales de Juntos por el Cambio, que buscan conducir la alianza a nivel político y desde el Congreso, haciendo valer sus votos.

“Hay mucha preocupación por cómo se va a gestionar la pesada herencia del kirchnerismo”, aseguró el flamante presidente del radicalismo. “Necesitamos generar equilibrios sin afectar a la clase media, las pymes. Tenemos un Estado cada vez peor”, aseguró Lousteau. “Hay que construir un mejor Estado”, remarcó.

Además, en un comunicado que difundieron, hubo lugar para la autocrítica: “La UCR necesita cambiar para volver a representar a la mayoría de los argentinos. La sociedad se expresó por el cambio pero no nos eligió para representarlos. Esto nos obliga a una profunda autocrítica. Debemos renovarnos en nuestras ideas”.

“Las medidas significan un golpe increíblemente duro para la sociedad argentina. Traíamos una inflación desbocada, producto no solo de la herencia sino de todas las cosas que hizo el ministro de Economía Massa para facilitar su campaña”, aseveró el presidente de la UCR.

Es preciso señalar que no todos los mandatarios radicales respaldaban a Valdés. El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, pertenece a Evolución, por lo que su apoyo fue para Lousteau. El jujeño Carlos Sadir es hombre de Morales, por lo que su voto también fue para el porteño. Con el correntino quedaron Alfredo Cornejo (Mendoza) y Leandro Zdero (Chaco).

De todas maneras, hubo intensas negociaciones durante buena parte de la tarde para cerrar los distintos cargos. La postura del tándem Morales Lousteau fue bastante dura: no cedieron ni la presidencia ni la vice, tampoco la secretaría general. Así se quedaron con 9 de los 15 lugares, quedando los 6 restantes para el sector opositor.

Así, la vicepresidencia primera quedó para Inés Brizuela Y Doria, de La Rioja mientras que la segunda vicepresidencia quedó para el senador formoseño Luis Naidenoff. La tercera vicepresidencia fue para la mendocina Pamela Verasay.

Las autoridades de la UCR se definieron entre 106 delegados: 4 por provincia (aunque en algunas el partido está intervenido), dos por la Juventud Radical, dos por Franja Morada (agrupación universitaria), dos de la Organización de Trabajadores Radicales y dos del Foro de Intendentes. De ese total, 75 delegados se volcaron por la opción de Lousteau como nuevo presidente del radicalismo.

El mayor peligro para la unidad radical no estará entonces en la definición de las autoridades, sino en cuanto puedan mantener una postura uniforme los distintos sectores frente a las discusiones y negociaciones que se vienen con el Gobierno de Milei. La UCR ya comunicó, como partido, que será “oposición constructiva”, que acompañará en el Congreso las reformas que sean necesarias, pero analizando ley por ley. La diferencia está en que el sector de Lousteau-Morales fue siempre mucho más duro en su rechazo al libertario que los gobernadores radicales.

“La sociedad ubicó a JxC y la UCR en un lugar que no es el de cogobernar“, aseguró Pullaro en las afueras del Comité. Aunque aclaró que “vamos a ser muy respetuosos del 55% que eligió a Javier Milei como presidente”. También remarcó que Juntos por el Cambio seguirá unido.

“Hay que tener un partido que haga oposición constructiva, que celebre el cambio, que se renueve, que la gente vea caras nuevas, porque si no vamos a terminar como el Socialismo que después no gobierna ni en Santa Fe. Martín va a tener que jugar con los gobernadores y en bloque. Si no, va a quedar solo y desautorizado, que es lo peor que le puede pasar a él y al partido”, advirtieron cerca de uno de los mandatarios radicales.

Las últimas elecciones nacionales dejaron al radicalismo en una situación particular: debilitado en la disputa electoral nacional, pero sumando gobernadores (5 en total), centenares de intendencias y, a pesar de todo, peso en ambas cámaras parlamentarias en un Congreso en el que cada voto podría ser relevante: 35 diputados y 13 senadores. La discusión con el Gobierno de Javier Milei se definirá en esos escenarios.

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