Un furioso temporal de lluvia, granizo y viento golpeó en la tarde de este martes a Miramar, que en pocos minutos se cubrió de destrucción. Las fuertes ráfagas que sacudieron a la ciudad costera provocaron caídas de techos y árboles, además de un corte en el servicio de energía eléctrica que afecta a gran parte de los usuarios.
Ese alerta, que regía también para Ayacucho, Balcarce, Benito Juárez, General Pueyrredón, Lobería, Mar Chiquita, Necochea, San Cayetano y Tandil, se hizo sentir con toda su fuerza en Miramar. Las imágenes rápidamente se viralizaron en redes sociales, donde se pudo ver cómo, entre otros, se volaron los techos de la terminal de ómnibus de La Casa del Bicentenario.
Árboles y postes caídos, ventanas rotas, los balnearios que perdieron sus carpas y casas sin techo son las postales más repetidas, por lo que los vecinos ya comenzaron a pensar en el tiempo que llevará la reconstrucción.
Un habitante de la ciudad, aún impactado por el temporal, le relató a Infobae que a una panadería se le volaron el techo y las ventanas por completo. “Quedaron solo las paredes”, detalló.
Muchos autos quedaron también dañados por las caídas de árboles y postes. La magnitud de la tormenta hizo que incluso se pusiera desde temprano en alerta a los bomberos de Mar del Plata, que quedaron atentos a posibles requerimientos y al recibir la información de los destrozos partieron hacia la ciudad vecina, al igual que personal de Defensa Civil y el gobierno provincial.
Las lluvias se dirigieron hacia el lado de “La Feliz”, aunque no llegaron con la misma fuerza que aplastó a Miramar, donde los daños fueron categóricos y el día playa terminó en pánico, aunque por el momento no se reportaron personas heridas.
Hace menos de un mes, en la tarde del sábado 16 de diciembre, uno de los temporales más violentos que azotó Bahía Blanca en años se cobró la vida de 13 personas que se encontraban en el Club Bahiense del Norte para despedir el año con un evento de patinaje artístico. El techo del establecimiento les cayó encima.
Aquel día, según lo había comunicado el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se esperaba una jornada que vendría cargada de lluvias intensas, pero nadie imaginó la magnitud del desastre provocado: árboles caídos, vidrios estallados, vehículos desplazados, cortes de luz, inundaciones y gente evacuada. Las ráfagas de viento superaron los 150 km/h.