Según el estudio, que analizó 170.000 pozos en más de 40 países, el agotamiento fue especialmente pronunciado en climas áridos con extensas tierras de cultivo. El norte de China, Irán y el oeste de Estados Unidos figuran entre las regiones más afectadas.
Más de un tercio de los 1.693 sistemas acuíferos (masas de roca porosa o sedimentos que retienen aguas subterráneas) analizados en el estudio disminuyeron al menos 0,1 metros al año entre 2000 y 2022, y en el 12% se registraron descensos anuales superiores a 0,5 m.
Algunos de los acuíferos más afectados en España, Irán, China y Estados Unidos disminuyeron más de 2 m al año durante ese periodo. En alrededor del 30% de los acuíferos estudiados, el ritmo de agotamiento se ha acelerado desde el 2000.
Algunos acuíferos mejoraron a lo largo del periodo, en parte como resultado de medidas locales destinadas a restringir la cantidad de agua que se puede bombear.
Los acuíferos también pueden reponerse con agua desviada de otros lugares. Sin embargo, estas recuperaciones son «relativamente escasas» y aún queda mucho por hacer, afirmó Jasechko.
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