El histórico ascenso de Sarmiento al Torneo Federal A y su actual presente en dicho torneo ya no es casualidad y quizás sea causalidad.
El “profe” realizó una tremenda campaña en la Primera fase, donde clasificó al Nonagonal final tres fechas antes, siendo el único equipo de los 38 participantes que obtuvo el 100% de los puntos de local (ubicándolo entre los cuatro equipos de todo el torneo que más ganó junto a Central Norte, Gutiérrez de Mendoza y Olimpo de Bahía Blanca, aunque estos dos últimos jugaron dos partidos más).
El presente del elenco bandeño y su escalada deportiva e institucional está sustentada en la armonía de sus cuatro patas: dirigentes, jugadores, cuerpo técnico e hinchas. Pero hay datos de color que lo diferencia de los demás equipos santiagueños que participan en Torneos de AFA.
Tanto Central Córdoba que participa en Primera División, cómo Mitre y Güemes en Nacional B, tienen cuerpo técnicos casi en su totalidad foráneos y en sus planteles el 80% o más son jugadores de afuera.
Diferente es la realidad de Sarmiento, que sobre 30 profesionales, 20 de ellos oriundos de Santiago del Estero. Eso equivale a casi el 70% del plantel. Mientras que su cuerpo técnico en su totalidad es santiagueño.
Pablo Martel, “El señor de los ascensos” (como lo apodan por lograr cuatro ascensos en tres equipos distintos, uno con Independiente de Fernández del Federal C al Regional, dos ascensos con Güemes que terminó con el Gaucho en el Nacional B y el ascenso al Federal A de Sarmiento), es santiagueño, que además tuvo una carrera importante como futbolista defendiendo las camisetas de Central Córdoba, Unión Santiago, Mitre, Concepción FC de Tucumán, entre otros.
Asimismo también es nacido en nuestra provincia su primer asistente Julio Díaz (ex mánager de Gimnasia de Mendoza y Mitre, y posterior coordinador del “Auri”, siendo creador de un selectivo que llegó a instancias semifinales en un Torneo Promocional de AFA). Su vasta trayectoria como jugador y posterior trabajo de mánager lo hicieron obtener varios logros. Cómo jugador tiene tres títulos de campeón con Gimnasia (86, 90 y 91). En tanto cómo manager obtuvo dos títulos: el ascenso del 2018 y la Copa Mendoza 2019 con el “lobo” mendocino y estuvo cómo manager en aquella final que perdió Gimnasia con Mitre en el 2017. Sus logros también se inician en su querido Santiago, habiéndose coronado campeón con su Club Unión Santiago en el 83 (Primer Campeonato de la “fusión”) y ese mismo año logró con el Juvenil de la Liga el Campeonato del NOA venciendo a Tucumán en la final 3 a 1, dos goles de Gareca Serrano y uno de Julio Diaz.
El segundo Asistente es el profesor Matías Rodríguez quien trabajó con Mónaco en Peñarol y con Abel Moralejo en Unión Santiago.
El Preparador Físico de Martel es el reconocido Profe Bruno Singer de gran trayectoria en clubes locales como Vélez de San Ramón, Central Córdoba, Unión Santiago, entre otros, acompañando al “Facha” en los procesos de Juventud Antoniana de Salta, Chaco For Ever y la segunda etapa en Güemes.
El segundo PF es el profesor Santiago Bellido quien trabajó en Vélez de San Ramón. Es nieto del reconocido “Pepe” Bellido quien fuera un emblema como jugador y DT del Profe.
El entrenador de arqueros es German Luna quien estuvo con Gustavo Módica en Vélez y con “Pino” Gerez en Sportivo Fernández, entre otros.
Esta casualidad o causalidad de tener todo un cuerpo técnico santiagueño nos lleva a una gran reflexión. Siempre escuchamos argumentar en las esferas del fútbol que la gente nuestra no está preparada, que su capacidad no está a la altura de las competencias profesionales, sin embargo vemos con mucha frecuencia armar y desarmar planteles en forma reiteradas con remoción de cuerpo técnico, incluso siendo todos de afuera de la provincia y sin resultados que justifiquen tales decisiones.
¿No será el momento de empezar a mirar hacia adentro y darle la oportunidad a cuerpos técnicos locales y a jugadores del medio?
Las grandes erogaciones y los escasos resultados así lo indican.
Creemos que llegó el momento de apostar por lo nuestro, la inclusión gradual de jugadores locales en los planteles y la decisión dirigencial de creer en cuerpos técnicos como el de Pablo Martel. Merecen que la dirigencia tome la decisión de apostar y creer en lo nuestro.
El presente de Sarmiento es una gran muestra y gran reflejo que más que casualidad parece una causalidad.
Fuente: abcdeporte
