En un movimiento destinado a reenfocar el sistema de educación superior del país, Australia ha anunciado que establecerá un límite de 270.000 nuevos estudiantes internacionales que podrán comenzar sus estudios en 2025. La decisión ha generado una fuerte reacción en el sector de la educación terciaria.
De acuerdo con las cifras del gobierno, Australia alberga alrededor de 717.500 estudiantes internacionales hasta principios de 2024. Según se explicó en la BBC, cada institución de educación superior tendrá un límite individual, siendo las mayores reducciones para los proveedores de educación y formación vocacional. Clare señaló que “los estudiantes han regresado, pero también los estafadores – personas que buscan explotar esta industria para ganar dinero rápido”.
El sector de la educación terciaria, sin embargo, ha expresado su desaprobación a la medida. Vicki Thomson, directora ejecutiva de una entidad que representa algunas de las universidades más prestigiosas de Australia, dijo a ABC que estas leyes propuestas son “draconianas” e “intervencionistas” y que equivalen a un “vandalismo económico”. Este sentimiento fue reflejado también por Universidades Australia, el cuerpo superior del sector, que describió el límite como un “freno de mano” para una de las industrias más grandes del país.
La Universidad de Sydney ha modelado económicamente el impacto potencial de estos recortes, proyectando una pérdida económica de USD 2,7 mil millones y aproximadamente 22.000 puestos de trabajo en 2025. Según el ABC, las nuevas admisiones internacionales se fijarán alrededor de 7.000 menos que los niveles previos a la pandemia y 53,000 menos con respecto al año pasado.
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Las restricciones han sido formuladas también con la intención de mejorar la calidad educativa. Clare afirmó a la BBC que estas reformas están diseñadas para “hacerlo mejor y más justo”, y para posicionar el sector en una base más sostenible a largo plazo. Un cálculo derivado de la Universidad de Nueva Gales del Sur y otros datos indica que las principales universidades deberán reducir sus nuevas matrículas de estudiantes internacionales en un 26%.
El impacto de estas restricciones será desigual. Aunque las grandes universidades metropolitanas perderán una parte grande de sus estudiantes internacionales, las universidades regionales y más pequeñas podrían tener mayor flexibilidad para incrementar sus matrículas. “Esto no es una victoria para las universidades regionales y más pequeñas”, dijo la senadora Sarah Henderson a The Sydney Morning Herald, enfatizando que se necesita más detalle sobre el impacto de estas medidas en la migración neta y en la situación de la vivienda.
Jason Clare también abordó que la Universidad de Sydney, donde casi el 50% de los estudiantes son internacionales, podría ser una de las más afectadas, mientras que la Universidad de Newcastle verá un pequeño incremento en sus números. Según BBC, el gobierno australiano también ha introducido incentivos para que las universidades construyan más viviendas para estudiantes internacionales. Además, las nuevas políticas planean ser una sustitución de la Directiva Ministerial 107, introducida el año pasado para desacelerar el proceso de visado y detectar a no auténticos estudiantes.
Qué dicen las universidades sobre las medidas del gobierno australiano
En contraposición, Andrew Norton, experto en educación superior, expuso dudas sobre la redistribución de estudiantes de universidades metropolitanas a instituciones regionales, argumentando a The Sydney Morning Herald que “la idea de que un estudiante chino que quiera ir a la Universidad de Sydney en su lugar irá a Southern Cross University es completamente irrealista”.
Poniendo estas medidas en contexto con la economía más amplia, ABC destaca que la educación internacional fue valorada en USD 24,7 mil millones en 2022-23, siendo la cuarta mayor exportación del país. La industria se enfrenta a una transformación importante, mientras los críticos sostienen que los recortes propuestos podrán dañar seriamente su capacidad de atraer estudiantes y retener personal calificado.
Jason Clare, sin embargo, desestimó estas preocupaciones en su declaración a BBC, enfatizando que la percepción de que esto “derribará” la educación internacional es incorrecta. “Los estudiantes y las universidades deben esperar un equilibrio en el cual la mayoría pueda prosperar en este nuevo paradigma educativo”, añadió.
Fuente Infobae