La Policía Nacional ha desmantelado dos puntos negros de venta de droga en sendas viviendas en Benidorm en un operativo en el que ha intervenido más de dos kilos de cocaína y detenido a tres personas, una de las cuales arrojó por el balcón 10.000 euros en efectivo y parte de la sustancia estupefaciente que guardaba en el domicilio cuando los agentes lo iban a registrar.
Los tres sospechosos -dos españoles y una mujer de origen brasileño, de entre 30 y 51 años- han sido arrestados por su presunta relación con el tráfico de droga al menudeo, según ha informado este lunes la Comisaría Provincial en un comunicado.
La Policía Nacional inició las pesquisas tras tener conocimiento de la existencia de dos viviendas vinculadas con el tráfico de drogas, una de las cuales funcionaba como narcopiso(se vendían y se consumían las sustancias estupefacientes en su interior).
Además de esta actividad ilegal se producían delitos de lesiones, amenazas y contra el patrimonio, entre otros, protagonizados de forma habitual por los consumidores que acudían a dichos inmuebles para adquirir sus dosis, lo que generaba “un preocupante clima de inseguridad ciudadana entre los vecinos de esa zona”, según la misma fuente.
Un ‘narcopiso’ y una ‘guardería’
Los investigadores comprobaron también que los supuestos traficantes utilizaban a terceras personas, situadas en las proximidades de los pisos, para desempeñar labores de contravigilancia y detectar, en su caso, la presencia policial.
En ambos domicilios, los agentes incautaron 2,3 kilogramos de cocaína (parte de esta se hallaba dispuesta en 180 envoltorios de un gramo cada uno para su distribución), 52 gramos de marihuana, 40 cigarros liados conteniendo la misma sustancia (preparados para su inmediato consumo), 120 comprimidos de un fármaco para la disfunción eréctil y 21.673 euros en efectivo. En el momento de la entrada de una de las viviendas, uno de los investigados lanzó por el balcón parte de la sustancia estupefaciente que escondía y 10.000 euros en efectivo.
Tras los registros se confirmó que uno de los pisos se empleaba como ‘guardería’ (donde se almacenaba la droga) y el otro, que “presentaba un estado insalubre”, se destinaba para la venta y consumo in situ de las sustancias estupefacientes, según fuentes policiales.