Por un lado, la Ciudad decidió reforzar las custodias de plazas y parques teniendo en cuenta que es 21 de septiembre, día de la Primavera, y esperan multitudes de adolescentes en las calles y en más de una oportunidad la presencia de los hombres de azul han persuadido de peleas sobre todo en la zona de Palermo. Y por el otro, tanto la hinchada de River como como algunas agrupaciones de Boca y autoconvocados tienen pensado hacer un banderazo en la puerta de los hoteles donde se alojarán los planteles. Lo que no debería ser ningún problema salvo porque el equipo de Marcelo Gallardo estará concentrado en el hotel Hilton de Puerto Madero y el de Diego Martínez en la misma zona, en el Intercontinental. Entre uno y otro hay 18 cuadras y un dique de por medio pero el temor a algún cruce siempre está y es eso lo que terminará de definirse mañana por la mañana, en una reunión prevista para las 11.30.
El banderazo de River ya está hablado porque se arma con anticipación. Claro que tiene sus mañas: habitualmente lo impulsa la Subcomisión del Hincha pero quienes han tomado protagonismo en los mismos es la barra. Es más, varios de Los Borrachos del Tablón fueron imputados por haber cortado la calle para meterse delante de los micros y por zarandear a la combi de los dirigentes en 2021. Esta vez prometen que todo será en paz y que sólo harán una manifestación de apoyo al team del Muñeco pero que si les dicen que otra vez les hacen una causa, avisaron que no aparecerán. La Seguridad desconfía porque sabe que en realidad lo que busca la barra Millonaria es otra cosa: un golpe de efecto, dejarse ver para que la dirigencia afloje de una vez y haga alguna gestión grande para sacarlos definitivamente del derecho de admisión, que la mayoría tiene desde enero de 2019 por tiempo indeterminado. El argumento va por dos vías: una legal, que no les pueden prohibir para siempre ingresar y que ya pasaron cinco años, que les den la oportunidad del regreso y que nunca más se portarán mal. El segundo es más de orden práctico: hoy están entrando a la cancha alrededor de 300 barras, ninguno con derecho de admisión.
Unos 250 van a la Sívori baja y las cara más conocida es la de Matías Joel Sacco, también de la barra de Platense. Mientras que unos 50 asisten a la Centenario, son de la facción del Oeste como Sebastián Líder Barraza. Pero como supuestamente ninguno tiene verdadero don de mando y son delegados de ellos, los jefes piden ingresar para manejar a los que van sin insignias borrachas pero con todo su cancionero y hacerse responsables de sus conductas.
Por ahora ese núcleo conformado por los hermanos Mauro y Leandro Ferreras (hoy, esa facción de Beccar es la que más gente tiene), Ariel el Pato Calvici (el que tiene más llegada a los gremios) y Alejandro el Zapatero Flores (el que maneja los contactos con políticos y policías) sigue afuera a pesar de todos los rumores que dejan correr acerca de su eventual regreso. También es cierto que River ya no parece monolíticamente tan firme como antaño en su decisión de rechazarlos y algunas grietas se abrieron en la dirigencia, aunque por ahora nadie se atreve a cambiar la política implementada.
Por el lado de Boca, en cambio, no será la barra sino autoconvocados los que tienen la idea de ir a alentar cuando el plantel se suba al micro y salga del Intercontinental rumbo a La Bombonera. Y si bien esto desalienta la chance de un conflicto, ahí el temor de la seguridad es a la desconcentración de ambos bandos, donde podría darse algún tipo de cruce.
Negociar que unos se vuelvan por la Costanera Sur hacia Núñez y los otros vayan al estadio por Alem parece ser la solución más plausible y a la que probablemente se arribe. El tema también es la cantidad de efectivos que deben ubicarse no sólo en ambos hoteles sino también en las calles aledañas, porque habrá un número que estarán en zonas que no tienen que ver con el operativo del Súper sino con la llegada de la primavera, por lo que quita oficiales.
Ese punto también está bajo análisis. Lo que se estima es que policías serán alrededor de 1300 los que trabajarán, de los cuales 700 serán adicionales y 600 de orden del día, es decir los que el club no debe pagar. Después se sumarán agentes de tránsito, de alcoholemia, y sobre todo los de seguridad privada que pondrá Boca por lo que sumados el total de gente dispuesta para que nada pase y todo sea una fiesta se estima en 1800 personas.
Fuente: tyc sports