La cantante Paula Suárez realizó una fuerte denuncia a través de las redes sociales

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En las últimas horas, a través de las redes sociales (concretamente Facebook), se viralizó un video de la cantante santiagueña, Paula Suárez quien realizó una grave denuncia hacia su padre, el reconocido cantautor bandeño Chingolo Suárez.

En la grabación la intérprete indicó, «mi nombre es Paula Suárez, algunas de ustedes me conocen otras no. Soy cantora, santiagueña. Vengo de una familia de músicos, hermanos, padre, reconocidos».

Seguidamente añadió que quería contar un proceso familiar que están atravesando, «que tiene que ver con nuestra historia, nuestra historia familiar, una parte de nuestra historia que después de muchos años de silencio, y de la mano de un libro («Amanecer en violeta») que escribió una de mis hermanas, Mariana en pandemia, en donde ella empieza a contar esta parte oculta de nuestra historia».

Sobre este punto amplió, «en ese momento yo empiezo a reconocerme en esas líneas y empiezo a despertar de aquel tiempo a esta parte haciendo procesos personales tratando de comprender, de ampliar la mirada, de aceptarme, de quererme y de transformar porque ese es el objetivo final de este trabajo de mi hermana, mío y de todos. Transformar esa historia nefasta en cosas bonitas a través de la música, del arte tremendamente bello».

«La historia cuenta, simplemente, de abusos por parte de nuestro padre hacia nosotras o nosotres, abusos sexuales que se extendieron por varios años en nuestra infancia, preadolescencia y adolescencia», añadió.

A la vez reveló, «mi padre es Chingolo Suárez, músico, docente. Y sus víctimas exceden también al seno familiar. Me enteraba que Sadaic lo trae como un socio ilustre a sus jornadas de recitales de Sadaic. Eso me dio a mí como una patada en el estómago, como que me retorcí entera de pena, de bronca, de impotencia y dije nuestro objetivo, nosotras, las hermanas, nunca fue cómo denunciarlo, ni escracharlo, ni desearle el mal porque no es por ahí».

En tanto su hermana, Mariana Suárez Gauna expresó, «esta historia forma parte de nuestra infancia, por lo que la denuncia fue hecha en primera instancia por nuestra madre, en Santiago, en el año 1984. Además, en el mismo tiempo, nuestra hermana mayor también trató de buscar la intervención de la justicia, incluso hablando con vecinas y profesoras de la escuela a la que iba. Ella tenía 14 años. Y a quienes pidió ayuda, no supieron qué respuesta dar, dadas las costumbres de la época.

Más adelante precisó, «respecto a la denuncia, al ser nuestro padre un hombre con muchos «amigos», no tuvo un curso favorable. Es más, no tuvo curso. Nos ha llevado mucho tiempo, no sólo asumir sino ponernos de acuerdo (somos 6) en contar nuestra verdad».

«Y la justicia no acompañó este tiempo. La última ley, la ley Piazza, estipula la no caducidad de estos actos, pero en todos los casos que hayan sucedido desde 2011 en adelante. Así que nos queda la justicia social, que es la más importante, porque implica una conciencia. Muchas gracias por las buenas intenciones», finalizó.

Mira el video completo:

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