CFK motoriza y enfrenta su propia interna: divide aguas en el kirchnerismo y en su principal territorio

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Cristina Kirchner, en la sede del SMATA. Anunció su lista para la interna y fue dura con Axel Kicillof

Cristina Fernández de Kirchner puso a la vista de todos -forzó, directamente- una interna que ni siquiera podría ocultar algún movimiento sobre la hora para evitar el muy poco frecuente ejercicio de una elección partidaria: la línea divisoria no pasa exclusivamente entre kirchneristas y PJ tradicional, sino que atraviesa las propias filas K y fisura su principal distrito, la provincia de Buenos Aires. Eso resulta claro, tanto como el otro dato central: para la ex presidente no se trata ahora de despreciar al “pejotismo”, sino de dar una batalla de fondo -táctica, dirían sus seguidores para matizar- por el manejo de la estructura justicialista.

Las medias tintas fueron abandonadas totalmente en el umbral del vencimiento de plazo referido. Axel Kicillof, que había dejado la postal de un acto con discurso de unidad, quedó en el foco ácido del círculo más próximo a CFK y apenas unas horas después, de ella misma. Le reclamaron alineamiento y le reprocharon sin vueltas que su entorno esté trabajando para sostener la candidatura de Quintela a la presidencia del PJ. Detrás, por supuesto, hierve la batalla en el peronismo bonaerense. Es otro nervio fundamental de la batalla doméstica.

La ex presidente dejó trascender su enojo con el gobernador bonaerense y además hizo explícita su concepción de manejo del PJ, aunque en rigor represente un retroceso en su imaginario de liderazgo indiscutido del peronismo/kirchnerismo como espacio que trasciende el límite partidario.

Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja. Busca sumar al PJ tradicional en la pelea con CFKRicardo Quintela, gobernador de La Rioja. Busca sumar al PJ tradicional en la pelea con CFK

En la lista, es secundada por José MayansLucía Corpacci, y Germán Martínez. El senador formoseño y el diputado santafesino son piezas clave para el manejo de los bloques en el Congreso. La elección de la legisladora catamarqueña asoma como una señal en contra de Raúl Jalil, del mismo modo que la presencia de Juan Manzur resulta una señal a Osvaldo Jaldo. Los jefes provinciales de Catamarca y Tucumán están en la mira de CFK por su juego con Olivos.

Las definiciones más sonoras fueron expresadas, curiosamente, por medio de trascendidos. Se difundió que CFK cargó sin vueltas sobre Kicillof. Dijo que sus hombres más cercanos trabajan directamente para sostener el armado de Quintela. Y disparó: “Los Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más”.

Repetida, pero cada vez con más sentido de disciplina partidaria o alineamiento, es la consigna con que CFK insiste desde el documento que dirigió a Milei con críticas económicas, pero con principal destino doméstico: dice que hay que “enderezar” y “ordenar” al peronismo. No hay rastros de autocrítica y, sí, un intento de despegar del hundimiento de Alberto Fernández. Más directa con el correr de los días, fue precisando después su descalificación de los gobernadores y legisladores que asumen acuerdos con Milei, como ocurrió con la Ley Bases y de diferente modo, con los vetos.

Quintela y su equipo -en especial el experimentado Jorge Yoma– parecen haber puesto en marcha una diferenciación en el discurso. Para insistir con la decisión de competir en la interna, el gobernador difundió un comunicado en el que rechaza la intención de dividir con alusiones a traidores o leales y, como contrapartida, dice que su proyecto apunta a “abrazar y contener” a todos los espacios. Habrá que ver cuánto logra sumar, pero la convocatoria parece cercana a plantear un fin de dominio cerrado.

El otro armado gravitante tiene como protagonista a Kicillof, pero lo que se vio en el escenario de Berisso no podría ser calcado como posicionamiento en la disputa por el PJ nacional. El gobernador estuvo acompañado por la vice, Verónica Magario, y en la cuenta territorial, por intendentes de peso propio y algunos de perfil kirchnerista duro. Allí estuvieron Jorge Ferraresi, Mario Secco, Julio Alak. También, expresiones cegetistas duras y blandas, además de representantes de la CTA. No asistió La Cámpora, por supuesto, pero sí algunos que acompañaban acríticamente a CFK.

Sin dudas, fue una especie de prematuro lanzamiento público de Kicillof, precipitado en buena medida por el recalentamiento de las internas nacional y provincial. Son elementos directamente vinculados, aunque, se ha dicho, nadie puede asegurar que se repliquen los alineamientos en la disputa por la conducción del PJ. Está claro, en cambio, que la fisura recorre al kirchnerismo y divide posiciones en el territorio bonaerense. Datos mayores para CFK, que seguramente alimentarán las tensiones que vienen.

Fuente Infobae

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