El ataque de represalia de Israel contra Irán el sábado por la mañana marcó el inicio de una nueva y más peligrosa fase en el conflicto que dura años entre los dos países, pero parece que, al menos por ahora, no ha desembocado en una guerra total, según los analistas.
Aunque fue un momento significativo, el ataque no provocó inmediatamente una amenaza iraní de tomar represalias, lo que alivió los temores de que dos de los ejércitos más poderosos de Oriente Medio estuvieran al borde de un conflicto incontrolable.
“Los años de guerra en la sombra han entrado de lleno en un conflicto abierto, aunque un conflicto controlado, por ahora”, dijo Ellie Geranmayeh, experta en Irán del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, un grupo de investigación con sede en Berlín. “Teherán puede aceptar estos ataques contra instalaciones militares sin tomar represalias que inviten a más acciones israelíes”, añadió.
Después de semanas de presión por parte de Estados Unidos para reducir el alcance de su ataque, Israel evitó atacar sitios sensibles de enriquecimiento nuclear e instalaciones de producción de petróleo en represalia por la gran andanada de misiles balísticos que Irán disparó contra Israel a principios de este mes.
El enfoque comparativamente contenido de esos ataques permitió a las instituciones iraníes proyectar una sensación de normalidad el sábado por la mañana. La autoridad de aviación reabrió el espacio aéreo de Irán y las agencias de noticias estatales transmitieron imágenes y filmaciones de la vida volviendo a la normalidad, todas señales, dijeron los analistas, de que los dirigentes de Irán estaba tratando de restar importancia al ataque de Israel y reducir las expectativas internas de una importante respuesta iraní.
“Este es el comienzo de una nueva fase, una fase peligrosa, con muchas más sensibilidades”, dijo Yoel Guzansky, un experto israelí sobre Irán en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, un grupo de investigación con sede en Tel Aviv. “Pero la música que escucho de Irán básicamente dice: ‘Oh, esto no es nada’”.
Como resultado, agregó, “es posible que las dos partes cierren esta ronda al menos, y que no veamos una represalia iraní, o si la vemos, será en pequeña escala”.
Aun así, los analistas advirtieron de que, incluso si la última escalada amaina, ha llevado a Irán e Israel a un conflicto inmanejable.
Durante años, los dos países libraron una guerra clandestina en la que cada lado socavó los intereses del otro y brindó apoyo a los oponentes del otro, mientras que rara vez asumía la responsabilidad de sus propios ataques. Ese conflicto encubierto se convirtió en una confrontación abierta cuando estalló la guerra el año pasado entre Israel y Hamás, el aliado de Irán en Gaza.
Después del ataque encabezado por Hamas en Israel en octubre pasado que desató la devastadora guerra israelí en Gaza, otros aliados de Irán en Oriente Medio, incluido Hezbollah, comenzaron a atacar a Israel en solidaridad con su aliado palestino. A su vez, Israel intensificó sus ataques contra los intereses iraníes en la región, lo que llevó a intercambios directos entre los dos países, primero en abril y ahora en octubre.
Algunos analistas temen que Israel, aunque comparativamente comedido el sábado, estaba preparando el escenario para un ataque más grande después de las elecciones presidenciales estadounidenses de principios de noviembre. La votación pondrá en marcha una transición de poder durante la cual la influencia y la atención de Washington en el conflicto Irán-Israel se verán disminuidas.
Al dañar las defensas aéreas y el sistema de radar de Irán, Israel ha facilitado que sus aviones de combate ataquen a Irán en el futuro, una medida que puede disuadir a Teherán de responder con fuerza o envalentonar a Israel para intentar nuevos ataques, o ambas cosas.
“Irán y la región respirarán aliviados porque Estados Unidos logró contener a Netanyahu por ahora”, dijo Geranmayeh, refiriéndose al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. “Pero el temor es que se trate de una restricción temporal de cara a las elecciones estadounidenses. La fase de ‘pato cojo’ que se avecina podría ser un momento en el que veamos nuevos ataques israelíes dentro de Irán, como una ventana de oportunidad para minar aún más las capacidades iraníes”.
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Fuente Infobae