Este sábado, a las 12 horas (de Argentina), Santiago del Estero será testigo de un hecho histórico sin precedentes para la Provincia. En más de 400 años de vida, este suelo tendrá un Cardenal dentro de la Iglesia Universal. El Arzobispo Primado de la Argentina, monseñor Vicente Bokalic CM será creado Cardenal por el Papa Francisco, en una ceremonia que se desarrollará en el Vaticano. Desde Roma, el pastor de la Iglesia santiagueña señaló, «me siento muy acompañado por los sacerdotes, por el pueblo sencillo. Lo vivo con alegría, con cierto temor de no poder responder a tantos desafíos».
El Arzobispo santiagueño resaltó que este 2024, «es un año de mucha gracia para nuestra Diócesis, para todo el pueblo de la provincia tan amada, incluso para la Diócesis hermana de Añatuya».
«Hemos vivido un triple acontecimiento: la canonización de María Antonia de San José, nuestra Mama Antula. En diciembre del 2023 el Papa nos comunicó que la fecha de canonización era el 11 de febrero. Rápidamente tuvimos que preparar a la comunidad, preparar el ambiente y celebrar con mucha alegría su canonización. Fue una celebración sentida, Francisco estaba feliz de conceder esta gracia. María Antonia es santiagueña, la mitad de su vida la pasó en Santiago; aquí comenzó su despliegue evangelizador. Es una gracia que nos inspira y moviliza a seguir la huella de María Antonia», expresó.
A la vez acotó, «segundo la elevación de nuestra Diócesis a Arquidiócesis y Sede Primada. Aquí nació la Iglesia, fue la sede de la primera Diócesis en 1570, cuando no existía Argentina. Es una alegría muy grande de celebrar tanta esperanza».
«Y esto último que está muy unido a la iglesia, el nombramiento sorpresivo de ser Cardenal de la Iglesia. Lo considero una obra de la Providencia, por la gracia de Dios estoy estos años pastorando en Santiago. Me da mucha alegría y me asusta un poquito por las responsabilidades, pienso que hay gente más preparada que yo para todo esto. Lo asumo como un servicio a Dios, nos guía Francisco», añadió.
En otro tramo de su reflexión, el futuro cardenal se refirió al impacto que tuvo su nombramiento en la Comunidad de la Misión (CM) y en la familia vicenciana, «fue de mucha alegría. Primero que estoy ligado, desde hace muchos años, a la compañía. Piensen que de los 46 años de sacerdocio estuve más de 35 años muy ligado a la congregación. Para los vicencianos es un regalo de la Providencia de Dios que nos motiva a ahondar en nuestro carisma vicenciano, tan actual, tan iluminador para estos tiempos. La evangelización, la misión a los pobres, todo lo que significa la iglesia en salida. El carisma vicenciano pasa por estas dos palabras misión y caridad. Nos ayuda a renovar estos caminos y estos servicios».
Monseñor Bokalic también se refirió a los desafíos que se vienen, «este reconocimiento, nos desafía a renovar nuestros compromisos, crear nuevos servicios, ahondar en este espíritu sinodal, caminando juntos el pueblo de Dios, el laicado, los consagrados, el presbíterio, para asumir los desafíos de nuestra hora de la pobreza creciente, desigualdad, marginación, olvido de tanta gente, las adicciones que afecta a los jóvenes en Santiago, apoyo a las familias; debemos profundizar la pastoral familiar, la pastoral de las periferias, carcelarias, medio ambiente».
«Todo esto nos toca en Santiago, nos motiva a renovar compromiso, ampliar esa base de participantes. Desde la Iglesia debemos animar nuevos líderes en la sociedad, política, sindical, comunicacional. El desafío es formar laicos para la sociedad para que asuman compromisos sociales», ahondó el pastor de la Iglesia.
El Arzobispo manifestó que todo lo que se vivió en la iglesia de Santiago, «me movilizó fuertemente este año, en verdad nos fueron sucediendo cosas muy lindas, que implicaba muchos compromisos nuevos, espiritu de servicio, mucha convocatoria en la que me siento feliz. La convocatoria es la respuesta de la gente a los distintos acontecimientos que hemos vivido, tanto en la canonización de Mama Antula, el traspado de la Sede Primada, ahora esto., Me siento muy acompañado por los sacerdotes, por el pueblo sencillo, lo vivo con alegría, con cierto temor de no poder responder a tantos desafíos».
«Confío mucho en la obra de Dios, no dejo de rezar. Uno de los pilares de mi vida es la oración, la Eucaristía, el servicio a las comunidades, encuentro con los sacerdotes esto me da mucha confianza; ver a tanta gente trabajando en nuestras comunidades me anima permanentemente a responder con todas mis capacidades y limitaciones», sostuvo.
Finalmente expresó, «lo vivo con mucha esperanza, rogando a Dios que esto nos ayude como Iglesia en Santiago del Estero a ahondar en nuestros compromisos, para que podamos atender los desafíos de esta hora».