Bashar al Assad, el dictador que gobernó Siria con mano de hierro por más de dos décadas

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El dictador Bashar al Assad gobernó Siria durante 24 años (AP Foto/Amr Nabil)

Tras 24 años aferrado al poder en la Siria que heredó de su padre, Hafez, quien a su vez lo tomó en 1971, el dictador Bashar al Assad cayó este domingo tras 12 días de una vertiginosa ofensiva de una coalición islamista rebelde que asegura haber “liberado” al país árabe de las garras de un mandatario despiadado con todo atisbo opositor.

Oftalmólogo formado en Londres

Esta imagen muestra un retrato acribillado a balazos de Bashar al Assad en el aeródromo militar de Kweyris, en la parte oriental de la provincia de Alepo (Rami al SAYED / AFP)
Esta imagen muestra un retrato acribillado a balazos de Bashar al Assad en el aeródromo militar de Kweyris, en la parte oriental de la provincia de Alepo (Rami al SAYED / AFP)

Bashar fue llamado a Siria por su padre y se embarcó en un lustro de preparación para eventualmente tomar la batuta del país, al igual que había hecho el primogénito los años previos a su muerte, ganando experiencia en las filas castrenses y peso en la vida pública.

Hafez impuso una ideología secular que buscaba enterrar las diferencias religiosas bajo el nacionalismo árabe y la imagen de resistencia heroica a Israel. Formó una alianza con los líderes religiosos chiíes en Irán, consolidó la dominación siria sobre Líbano y estableció una red de grupos milicianos palestinos y libaneses.

Si bien no era el elegido inicialmente para heredar de su padre, tras obtenerlo se aferró a él con uñas y dientes, silenciando a sus adversarios, aplacando revueltas multitudinarias y sobreviviendo a más de diez años de guerra civil.

Un archivo de fotos que muestra, a la izquierda, al presidente sirio Bashar Assad, el 19 de agosto de 2009, en Teherán, Irán, y, a la derecha, a su padre, el expresidente Hafez Assad, el 1 de diciembre de 1972, en una ubicación desconocida. (AP Foto)Un archivo de fotos que muestra, a la izquierda, al presidente sirio Bashar Assad, el 19 de agosto de 2009, en Teherán, Irán, y, a la derecha, a su padre, el expresidente Hafez Assad, el 1 de diciembre de 1972, en una ubicación desconocida. (AP Foto)

Enseguida se enmendó la Constitución para que Bashar, entonces de 34 años, cumpliese con los requisitos de edad -mínimo 40 años- y se celebró un referéndum que respaldó su ascenso a la jefatura de Estado.

Después de cuatro décadas de gobiernos del Partido Baaz, casi todos encabezados por su progenitor, Al Assad fue visto inicialmente como una esperanza para el cambio y un probable instigador de reformas democráticas y aperturistas.

Esperanza truncada

Sin embargo, pronto llegaron las campañas de arrestos de activistas y opositores, y, una década más tarde, la brutal represión de las protestas que estallaron en Siria en contra de su Gobierno en el marco de la “Primavera Árabe”.

Resistió la presión de las calles y fue uno de los pocos dirigentes que continuaron en el poder desde las revueltas que estallaron en 2011 y tumbaron a los gobiernos de varios países de Oriente Medio y el Norte de África, si bien a costa de una guerra civil y la liquidación en la práctica de la unidad siria.

Un padre reacciona tras la muerte de dos de sus hijos, quienes según activistas fueron asesinados por bombardeos de fuerzas leales al dictador sirio Bashar al Assad (REUTERS/Muzaffar Salman)
Un padre reacciona tras la muerte de dos de sus hijos, quienes según activistas fueron asesinados por bombardeos de fuerzas leales al dictador sirio Bashar al Assad (REUTERS/Muzaffar Salman)

Grupos internacionales de derechos humanos y fiscales denunciaron un empleo generalizado de tortura y ejecuciones extrajudiciales en los centros de detención gestionados por el régimen sirio. La guerra ha matado a casi medio millón de personas y desplazado a la mitad de la población que tenía el país antes de la guerra, 23 millones de personas.

Su supervivencia desde 2016 quedó en manos de sus aliados rusos y de las milicias chiíes iraníes, libanesas e iraquíes que le permitieron recuperar territorio de los insurgentes, a costa de una devastación brutal de las ciudades y territorios que se habían rebelado.

Formalmente, ocupó el poder con unas abultadas “victorias” electorales, como en los últimos comicios de 2021, donde logró hacerse con un 95% de los votos.

Sin embargo su mandato se enfrentó a un creciente descontento popular por la grave crisis económica y la escasez de productos básicos, que ha llevado a la inmensa mayoría de la población a sufrir inseguridad alimentaria y a vivir por debajo del umbral de la pobreza.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente sirio, Bashar al-Assad, se dan la mano durante una reunión en el Kremlin en Moscú, Rusia, el 15 de marzo de 2023. Sputnik/Vladimir Gerdo/Pool vía REUTERS
El presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente sirio, Bashar al-Assad, se dan la mano durante una reunión en el Kremlin en Moscú, Rusia, el 15 de marzo de 2023. Sputnik/Vladimir Gerdo/Pool vía REUTERS

A ello se suman 14 millones de desplazados internos y refugiados a otros países, la mayoría de ellos en Oriente Medio, y todo un proceso de reconstrucción por delante, algo que se planteaba como casi imposible ante el aislamiento internacional al Gobierno de Al Asad y las múltiples sanciones internacionales impuestas por Occidente.

En cuanto sus aliados principales quedaron envueltos en problemas más agudos que el sirio (Ucrania y Líbano, fundamentalmente), sus debilidades quedaron expuestas y, en último lugar, abrieron el paso a su caída.

La familia unida

Assad al igual que su padre también recurrió a su propia familia. Su hermano menor Maher encabezó la Guardia Presidencial de élite y lideraría la represión contra la sublevación. Su hermana Bushra fue una voz fuerte en su círculo íntimo, junto con su esposo, el viceministro de Defensa Assef Shawkat, hasta que fue asesinado en un atentado en 2012. El primo de Bashar, Rami Makhlouf, se convirtió en el mayor empresario del país, encabezando un imperio financiero antes de que los dos tuvieran una ruptura que hizo que Makhlouf fuera apartado.

Assad también confió cada vez más en roles clave a su esposa, Asma, antes de que ella anunciara en mayo que estaba recibiendo tratamiento para la leucemia y se retirara del centro de atención.

(Con información de EFE y AP)

Fuente Infobae

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