“Recientemente me inicié en una nueva comprensión visceral de lo jodidamente corta que es la visita a este planeta, a este cuerpo. Y siento esta nueva y loca urgencia”, reflexiona Andrew Garfield -en una charla convocada por Variety– al hablar sobre su rol en We Live in Time, una película que lo llevó a conectar profundamente con la fugacidad de la vida.
Reynolds llevó a Deadpool y su irreverencia hasta lo más alto, esta vez de la mano de Hugh Jackman en Deadpool y Wolverine, una de las películas más esperadas del año. Por su parte, Garfield, conocido por su sensibilidad actoral, se enfrenta a una película íntima en We Live in Time.
Desde las complicaciones personales que inspiran su trabajo hasta el equilibrio entre el espectáculo y los personajes, Reynolds y Garfield muestran en una charla por qué siguen siendo dos de los intérpretes más versátiles y carismáticos de Hollywood.
Garfield describe su participación en We Live in Time, coprotagonizada por Florence Pugh, como un momento crucial en su vida profesional y personal.
La película, que aborda la evolución de una relación de pareja a lo largo de los años, le permitió reflexionar sobre la importancia de vivir intensamente. “Siento esta nueva y loca urgencia”, confiesa al reconocer la fugacidad de la vida.
Garfield describe su participación en We Live in Time, coprotagonizada por Florence Pugh, como un momento crucial en su vida profesional y personal.
La película, que aborda la evolución de una relación de pareja a lo largo de los años, le permitió reflexionar sobre la importancia de vivir intensamente. “Siento esta nueva y loca urgencia”, confiesa al reconocer la fugacidad de la vida.
El actor resalta que el proyecto fue más que un desafío actoral: se convirtió en un espejo de su transformación interna. “Solo quiero hacer las cosas que le hablan a mi alma”, afirma, destacando cómo su entrega lo conecta íntimamente con el público.
Su interpretación fue elogiada por Reynolds, quien la calificó como un “acto radical de generosidad” inusual en el cine actual.
Garfield también expresa preocupación por la insensibilidad cultural actual hacia la vida y el alma humana. Considera que historias como We Live in Time son un recordatorio necesario de que “vivir de manera plena y vital” es el verdadero propósito de la existencia. Además, define su trabajo en la película como “un trabajo del alma” que surgió de una necesidad vital y creativa.
Humor con propósito
Para Reynolds, Deadpool es más que una franquicia exitosa: es un proyecto personal que combina humor, referencias meta y emoción genuina.
Con la llegada de Deadpool y Wolverine, ahora bajo la producción de Disney tras la compra de 20th Century Fox, el actor enfrenta el desafío de mantener la irreverencia del personaje mientras cumple con las expectativas del público y el estudio.
“Parte de mi trabajo es convencer al estudio… de que podemos aterrizar el avión a tiempo”, comenta con su característico ingenio.
El proceso creativo fue diferente esta vez. Reynolds, también coguionista, contó con libertad creativa y control, algo que no siempre tuvo en proyectos anteriores.
“Cuando no tenía poder… era como un mono que hace sonar una jaula”, confiesa. Esa autonomía le permitió imprimir su visión personal en cada aspecto de la película.
Aunque Disney y Marvel impusieron algunos límites —como eliminar un chiste a petición del estudio—, Reynolds asegura que la esencia de Deadpool sigue intacta.
“La película fue concebida como una experiencia completa, no un anuncio para otra película”, enfatiza. Según Garfield, la capacidad de Reynolds para combinar irreverencia y profundidad es su mayor fortaleza: “Pelaste la cebolla de la autoconciencia y la mentalidad, pero también conservaste un corazón”.
Visión creativa y éxito comercial
Ambos encontraron en sus carreras un delicado equilibrio entre el arte y la industria cinematográfica. Reynolds reconoce que su éxito no radica solo en el humor y la irreverencia, sino en combinar su visión creativa con las demandas comerciales de grandes estudios. “Si quiero seguir haciendo esto, tengo que trabajar con ambos lados de la sala”, afirma con pragmatismo.
Por su parte, Garfield ha transitado un camino similar. Tras su paso por la franquicia de Spider-Man, que le dejó sentimientos encontrados, encontró una reconciliación personal al regresar en Spider-Man: No Way Home (2021). “Es como si te invitaran a una fiesta y luego la fiesta terminara un poco antes de tiempo”, reflexiona sobre su experiencia, viendo en cada paso una oportunidad de crecimiento profesional y humano.
Del error al arte
Para los dos, actuar trasciende el oficio: es un ejercicio de vulnerabilidad y aceptación del fracaso. Reconocen que el crecimiento creativo surge del riesgo y la disposición a exponerse, incluso cuando el resultado es incierto.
“No puedes ser excelente en algo a menos que estés dispuesto a ser pésimo en eso”, sostiene Reynolds, una lección que aplica tanto en su carrera como en la educación de sus hijos.
Garfield comparte una experiencia clave durante los ensayos de Ángeles en América, donde enfrentó la sensación de fracaso tras una función preliminar ante el dramaturgo Tony Kushner.
“Literalmente no puede hacer contacto visual conmigo”, recuerda. Sin embargo, esa vergüenza inicial lo llevó a persistir: “Supongo que simplemente iré a ensayar de nuevo y viviré con esa vergüenza”.
Reynolds resuena con esa idea, reconociendo que el espacio incómodo de la incertidumbre es donde ocurre el verdadero crecimiento. En su experiencia con Deadpool y Wolverine, lucha por equilibrar la comedia irreverente con personajes que conecten emocionalmente con la audiencia.
“Dejemos de gastar en espectáculo y gastemos en personajes”, enfatiza, subrayando su compromiso con historias significativas dentro de grandes producciones.
Ambos actores coinciden en que la verdadera magia está en la persistencia, en intentar una vez más cuando la inseguridad golpea. Garfield lo resume así:
“Es como estar al borde de un río y decidir si saltar o intentarlo de nuevo”. Reynolds concluye con su particular toque de humor y sinceridad: “La vida no es una charla TED; es improvisar”.
Superhéroes con alma
Reynolds y Garfield han redefinido el cine de superhéroes al aportar autenticidad emocional a sus personajes. Coinciden en que el éxito de las franquicias de Deadpool y Spider-Man no depende solo de efectos visuales, sino de la conexión emocional con el público.
Reynolds cree que Deadpool funciona mejor cuando aparece con moderación y sorpresa, razón por la que pasaron seis años desde la última entrega. “Parte de la razón es que se traga toda mi vida. Tengo cuatro hijos y no quiero ser un padre ausente”, confiesa.
Garfield también ha vivido los altibajos de una gran franquicia. Su regreso como Peter Parker en Spider-Man: No Way Home fue un cierre emocional inesperado: “Este personaje significa muchísimo para mí”, revela.
Reynolds admira la sensibilidad de Garfield para combinar acción y emoción: “Tú y solo tú viniste a la Tierra para hacer esas películas”, le dice.
Sobre el futuro, Reynolds mantiene una actitud realista pero optimista: “Está bien apreciar el espectro de nuestro negocio: haces películas como We Live in Time, piezas íntimas de personajes, y luego haces estas películas que tienen esta efervescencia colectiva en una sala de cine”. Para ambos, el poder del cine está en esa capacidad de mezclar acción y humanidad.
Fuente Teleshow