Todos los focos estaban en LeBron James y su debut oficial en el Staples Center como jugador de los Lakers, pero la tensa discusión, y posterior pelea, del último cuarto se llevó el protagonismo de la noche.
Finalmente fue James Harden quien, con 37 puntos, birló el trono al «rey» y llevó a su equipo a la victoria por 115-124. James, más preocupado de generar que de aglutinar juego, concluyó con 24 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias, en un duelo con aroma a «playoffs».
El vergonzoso episodio ocurrió en el último cuarto del partido. A poco más de 4 minutos para el final James Harden encaró hacia el aro y Brandon Ingram lo cortó con una falta técnica que el árbitro sancionó de inmediato.
La decisión del juez molestó al jugador de los Lakers que perdió la paciencia y empujó a «La Barba». Fue a partir de ese momento cuando la situación se desmadró.
Mientras Lance Stephenson separaba del tumulto a su compañero, Chris Paul y Rajon Rondo se pusieron a discutir en otra zona. En la repetición de la discusión se pudo veral jugador de los Rockets metiéndole un dedo en el ojo, el de los Lakers, en tanto, no dudó en usar sus puños. Allí apareció Ingram nuevamente para repartir golpes, junto a otros involucrados.
La tensión en el Staples Center duró cerca de 10 minutos. El árbitro decidió expulsar a Rajon Rondo y Chris Paul, además de cobrar una segunda falta técnica a Brandon Ingram, lo que derivó en una nueva expulsión.
En rueda de prensa, Luke Walton, entrenador de los Lakers, reconoció que un empleado de los Rockets que estaba en pista, «agarró a Ingram y lo empujó». «No toques a mis malditos jugadores, seguro que nosotros podremos encontrar a gente en Los Angeles que quiera hacer lo mismo con ustedes», le advirtió.
Fuente: Infobae