Abusos en Independiente: los chats del árbitro Martín Bustos con un chico menor de 17 años

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Martín Bustos apareció como «Martín de San Isidro» en dos de las cuatro cámaras Gesell realizadas a jugadores menores de edad de las inferiores de Independiente. Es que el árbitro detenido buscaba concretar los encuentros sexuales con los chicos en ese barrio de zona Norte. Aunque aún no tienen confirmación oficial, sus chats de Facebook con un chico de menos de 17 años están incorporados en la causa y muestran cómo Bustos abordaba a sus posibles víctimas.

En los chats filtrados -que ocurrieron el 17 de marzo, una semana antes de que se ordene su detención- se ve que es el detenido quien envía la solicitud de amistad a ese menor de edad. Que sabe que asiste al colegio de Independiente. Una vez entre la lista de sus amigos, Bustos también es quien inicia la conversación.

«Hola crack. Gracias por aceptar», arranca. «¿Cómo va? No es nada», contesta el chico. Recién entablada la conversación, Bustos le confirma que es árbitro de fútbol. Un dato que se toma como agravante en la causa que investiga la fiscal María Soledad Garibaldi, ya que el adulto podría haber aprovechado su autoridad en la cancha para atrapar a los chicos.

Inmediatamente después, sin que haya confianza de ningún tipo, Bustos propone directamente «juntarnos a tomar algo y a charlar de fútbol si querés». Y desliza algo clave, que repiten las víctimas y con lo que el árbitro también ejercía poder: «Obvio que invito yo».

«Buenísimo, cuando esté por allá te aviso y nos juntamos a tomar algo y a charlar. Muy amable», contesta el menor, como quien dice que sí por compromiso. «Será un gusto. Pero avisame eh. Te tomo la palabra», lo arrincona el detenido. A lo que le responde: «Tomá mi palabra, pero lo que pasa es que hasta San Isidro no sé ir».

Ahí llega la primera insistencia explícita de Bustos y el primer ofrecimiento material a cambio de verlo.

«No, huevón. Yo me voy hasta el Centro o hasta donde estés y tomamos algo por ahí. Tampoco te decía que vengas a mi casa jaja», dice y luego agrega: «Cuando nos conozcamos y tengamos más confianza no hay problema. Hasta te doy la llave de mi casa».

Unas palabras después, el árbitro hace otro ofrecimiento :»Entonces te tendré que dar la llave del auto también». Y el «anzuelo» fue efectivo: «jajajaja buenísimo».

A partir de esa táctica, el árbitro obtenía el celular a los menores «Che, te paso mi número así es más fácil contactarnos. ¿Querés?», como justificó en ese chat.

Al final, como sucede en estos casos, el adulto le pide silencio al chico. «Eso si, te pido que no se divulgue mucho que tenés un amigo árbitro porque no queda bien que un árbitro y un jugador sean amigos fuera de la cancha. ¿Puede ser? ¿Me bancás en esa?.»

Ya son 17 las víctimas entre los juveniles que pasaron por la pensión de Independiente. Algunos sufrieron grooming y otros abusos sexuales. La diferencia la explica a Clarín el procurador general de la provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand.

«El grooming en esta causa nos abrió las puertas. Hubo muchísimos casos. Es un delito específico, autónomo, contra la integridad sexual. Un acto preparatorio de un eventual abuso sexual«, detalla.

Y eso se vio en esta investigación en uno de los testimonios en cámara Gesell donde uno de los chicos que menciona a Bustos dijo ante la psicóloga que chateó con él y no concretó el encuentro sexual. «Eso no quita el objetivo, que era el abuso», sentencia el procurador.

«Fui contactado por Bustos mediante una red social para que tenga sexo oral a cambio de dinero», dijo otra de las víctimas. Tras un primer rechazo al árbitro, luego accedió.

Tras la difusión de estos chats en Telefé Noticias, su abogado, Julio Chavarría, dijo a Clarín que sobre el árbitro no recae una imputación de grooming, sino «por corrupción y abuso de menores». Y, alegó: «¿Cómo sabría Bustos que ese chico con el que tuvo sexo oral era menor de edad?».

Sobre la veracidad de la conversación que se filtró desde la cuenta de Facebook de su defendido, Chavarría fue claro: «No voy a afirmar que los chats son o no son de Bustos porque no es una prueba contra el delito por el que está acusado».

En materia procesal, la confirmación oficial desde la UFI N°4 de que los chats efectivamente son de Bustos -que haya elementos probatorios que lo acrediten-, podría provocar su nulidad al haber sido filtrados. Esto es así porque la defensa del detenido podría decir que esas pruebas son nulas ya que la fiscal no indagó en su autenticidad.

Fuentes con acceso a la investigación dijeron a Clarín que «al filtrar estos chats, suponemos que hay quienes quieren eso».

Emilia Vexler/Clarín

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