Las declaraciones de Gorini se producen luego de que la Corte Suprema decidiera analizar pedidos de las diferentes defensas en la causa por presuntas irregularidades en la obra pública que harían retrasar el juicio a los acusados.
La Corte -sin tiempos previstos- apuntará a avanzar bajo la premisa de “transparentar” sus hallazgos en la causa y se percibe a sí misma saltando “la grieta” en esta causa: por un lado, alejará a Cristina del banquillo en tiempos electorales, pero por el otro permitirá eliminar las impurezas que arrastra el caso y obturará los habituales intentos defensivos de plantear nulidades en momento del juicio oral. Las principales objeciones giran en torno a las pericias (incompletas) para cinco obras, de las 52 otorgadas a Lázaro Báez sólo en Santa Cruz, durante la era K.
La posible postergación desató las críticas de buena parte del oficialismo durante la jornada del martes. «Es un fallo muy inusual. Tiene un condimento político muy grande. Lo que preocupa es que esto impide la realización de un juicio oral. Que la Corte tome una decisión así, a una semana (del comienzo del juicio) es una decisión extraña por lo menos», dijo el ministro de Justicia, Germán Garavano.
El propio presidente Mauricio Macri salió a criticar a la Corte y evaluó que «tiene un condimento político muy grande».
En la misma línea, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, consideró que «hay una intencionalidad política» de retrasar las causas que existen contra Cristina por parte de «los sectores que no quieren que la ex presidenta vaya a juicio».
Durante la noche del miércoles, hubo cacerolazos en rechazo a la decisión de la Corte en algunos barrios de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante la noche del miércoles, hubo cacerolazos en rechazo a la decisión de la Corte en algunos barrios de la Ciudad de Buenos Aires.
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