La Ciudad Vieja, histórico barrio de Montevideo, despidió este lunes el 2018 tirando agua a baldazos y calendarios desde las ventanas de las oficinas hacia las calles y realizó su tradicional batalla de sidra en el Mercado del Puerto.
El caluroso y soleado día fue el marco ideal para que los uruguayos comenzaran a puro festejo los últimos momentos del año y realizaran, una vez más, todas las típicas actividades que no dejan de divertir a propios y extraños.
La mañana comenzó en las angostas calles del casco antiguo de Montevideo donde todas las oficinas, públicas y privadas, dejaron a un lado sus tareas para asomarse a las ventanas y comenzar la cacería para mojar a todo aquel que pasara por su acera.
Baldes, pistolas de agua, globos de agua e incluso jarras fueron algunos de los elementos con los que se empapaba a todos los que se acercaban a las ventanas.
Si bien habían algunos pocos que no sabían lo que les deparaba al pasar por allí y se molestaban al ser mojados, la mayoría ya pasaba a propósito, con una sonrisa en sus rostros y listos para reírse si el agua no alcanzaba a tocarlos.
Además, unos pocos llevaban paraguas para evitar ser mojados.
Los turistas, en su mayoría brasileños, pero también había colombianos, venezolanos y argentinos, miraban sorprendidos este ritual típico que cada año se realiza en Montevideo.
Personas a pie, en bicicleta, motos y autos fueron víctimas del agua que no perdonaba a nadie y no le importaba la edad o vestimenta para mojar.
Más adelante tocó el turno de la guerra de sidra, donde cientos de personas de todas las edades y nacionalidades se reunieron en el Mercado del Puerto para tirarse sidra al ritmo de la música que provenía de unos parlantes como también de una comparsa que acompañó tocando samba y candombe.
La sidra era vendida en unos puestos ambulantes donde se diferenciaba la sidra a temperatura natural, lista para ser arrojada, y la que estaba guardada en unos tanques con hielo para ser bebida.
Si bien esta bebida es el principal atractivo de la guerra, no faltaba quienes se sumaran tirando cerveza, gaseosas, espuma o incluso participara con bombas de humo que generaban que las personas alentaran y saltaran aún más.
Una turista brasileña dijo a EFE que esta fiesta del Mercado del Puerto parecía «el Carnaval de Río (de Janeiro)» ya que era algo «maravilloso y espirituoso» para dar alegría.
Cada vez que parecía que la fiesta se apagaba, algo ocurría que volvía a incentivar al público que estaba deseoso de festejar el cierre de este año.
Ya sea una foto en grupo, canciones a la selección uruguaya, o el ritmo del candombe, cualquier excusa servía para que los gritos, el canto y la alegría acompañaran a la sidra que volaba por los aires y mojaba a todos los presentes para despedir este año y recibir festejando el 2019.
Con información de EFE
Fuente: Infobae