Al menos 23 muertos y alrededor de 50 heridos fue el saldo de dos tornados que azotaron viviendas, edificios y carreteras de Alabama, al sur de Estados Unidos, en la madrugada de ayer. Decenas de casas fueron destruidas y los equipos de rescate iniciaron la búsqueda de desaparecidos.
Entre las víctimas se registraron varios niños, mientras que los sobrevivientes de los derrumbes y voladura de estructuras fueron hospitalizadas, algunas de ellas con heridas muy graves. «La devastación es increíble», afirmó Jay Jones , el comisario del condado de Lee, donde ocurrió el desastre. “No recordamos una situación similar en pérdidas humanas en al menos los últimos 50 años», lamentó.
Las fotografías mostraron árboles cortados en dos, calles llenas de escombros y casas destruidas a raíz de la tormenta. Más de 6 mil hogares quedaron sin electricidad en el condado de Lee y otros 16 mil sufrieron cortes en el vecino estado de Georgia.
A última hora de anoche, el presidente estadounidense, Donald Trump, expresó condolencias por los afectados: «A la gran población de Alabama y las áreas colindantes: Por favor, tengan cuidado y manténganse a salvo», escribió en Twitter. «Los tornados y las tormentas fueron realmente violentos y podrían venir más. A las familias y amigos de las víctimas, y a los heridos: ¡Qué Dios los bendiga!», añadió.
Las operaciones de rescate de los desaparecidos se habían suspendido durante la madrugada debido a las peligrosas condiciones climatológicas en la zona. Las fuertes lluvias había disminuido al atardecer pero muchas vías en las áreas más golpeadas estaban llenas de escombros e intransitables, según imágenes de televisión. El Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) había emitido una advertencia de tornado para áreas que incluían el condado de Lee. «¡Busquen refugio ahora! Múdense a un sótano o una habitación interior en el piso más bajo de un edificio sólido. Eviten las ventanas», había alertado un comunicado.
Página 12