Una mesa informal de consenso doméstico que involucra a Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Martín Guzmán en Argentina. Un método de acercamiento técnico con el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) que lidera Sergio Chodos en Washington. Un canal de diplomacia secreta que protagonizan Santiago Cafiero, Gustavo Beliz y Jorge Arguello. Y la predisposición de la Casa Blanca para escuchar a Kristalina Georgieva, que juega su resto de poder institucional en un posible acuerdo entre Argentina y el Fondo.
Todas estas piezas políticas -con sus egos y responsabilidades históricas- integran un impensado mecanismo de negociación que diseña estrategias, propone resultados y busca un formalizar un Memorándum de Entendimiento para refinanciar los 44.000 millones de dólares que el FMI concedió a la administración de Mauricio Macri.
Todo inicia en Guzmán. El ministro de Economía tiene una disciplina de trabajo que sorprende afuera y adentro del Gobierno. Cuando la delegación técnica estaba en DC -la semana pasada-, Guzmán organizó todos los días una reunión de balance de las negociaciones que encabezaba Chodos.
Los funcionarios del Palacio de Hacienda se apiñaban en un salón de la embajada Argentina en Estados Unidos, y Guzmán desde su despacho del Ministerio de Economía escuchaba la información y daba indicaciones técnicas.
Dos horas más tarde -medianoche en Buenos Aires-, el WhatsApp del ministro se iluminaba por enésima vez en el día: había llegado un memo con toda la información reservada que se había discutido -hasta ese momento- con el FMI.
Esos datos sensibles, que aterrizan sin escalas a los WhatsApp de Alberto Fernández y CFK, son completados por la información que Guzmán recoge cuando habla a solas con Kristalina Georgieva y ciertos funcionarios de la Secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, que ocupa Yanet Yellen. Georgieva está alineada con Argentina y, a veces, hasta pregunta por el embarazo de Fabiola Yañez.
Hoy es un día clave para Guzmán. Tiene previsto una decena de llamadas con importantes funcionarios técnicos extranjeros que pueden acelerar la negociación con el FMI. Estará temprano en su despacho, y en permanente contacto con la quinta de Olivos, adonde Alberto Fernández aguardará las novedades.
El Presidente y su ministro son muy optimistas respecto al acuerdo con el Fondo. Guzmán cree posible anunciar un Memorándum de Entendimiento antes del 31 de diciembre, y Alberto Fernández desea que su Plan Plurianual obtenga respaldo parlamentario hacia fines de enero.
Se trata de intenciones políticas sujetas a la Fuerza de la Realidad. Hace menos de un mes, el jefe de Estado hizo una promesa que no cumplió: “En la primera semana de diciembre de este año, enviaremos al Congreso de la Nación un proyecto de ley que explicite el “Programa económico plurianual para el desarrollo sustentable”, informó la agencia oficial Télam en un cable del 15 de noviembre.
Hasta anoche, en Olivos y en el Palacio de Hacienda, aseguraban que el Plan Plurianual está en proceso de elaboración y que depende de las negociaciones con el FMI. Guzmán llegará mañana a Diputados para defender el Presupuesto 2022, pero esta iniciativa es apenas un indicio técnico del Plan Plurianual que anunció Alberto Fernández tras afirmar que había ganado en los comicios de medio término.
Al margen de las promesas políticas, el Presidente y su ministro están satisfechos con los resultados de la negociación. Consideran que la semana pasada se avanzó muchísimo en Washington, y sostienen que el último comunicado del FMI tiene claves que permiten asegurar que no habrá plan de ajuste a cambio de refinanciar la deuda de 44.000 millones de dólares.
“Sólo voy a decir tres cosas que sirven para entender cómo estamos con el FMI”, dijo un miembro del Gobierno que conoce todos los secretos de la negociación.
-¿Cuáles?
-Aceptaron los acuerdos de precios, avalan una estrategia diferenciada respecto a la inversión directa y la especulación financiera, y apoyan el gasto para sostener la economía del conocimiento y el crecimiento en infraestructura
-¿No es una mirada demasiado optimista?
-No. El staff del Fondo ya entendió que el Stand-By dado a Macri fue un error político e institucional. Y ahora analiza un cambio de paradigma. No se trata de optimismo, se trata de realpolitik.
Alberto Fernández y Guzmán, sumados CFK y Massa que participan en cada tramo de la negociación, ajustarán la oferta del acuerdo en los próximos días. No está previsto que el ministro de Economía viaje en estos días a DC, o que una misión técnica del FMI llegue a Buenos Aires en 2021.
Alberto Fernández y Kristalina Georgieva durante su último encuentro en Roma
Mientras tanto, el canal diplomático cumple su cometido. Cafiero, Beliz y Arguello -cada uno en su escenario institucional- ejecutan una parte del guión para lograr que Biden explicite en público lo que sostiene en reserva.
Juan González, principal asesor de la Casa Blanca para América Latina, defendió las negociaciones de Argentina con el FMI. Sucedió en un evento político organizado por una consultora con conocida influencia en Washington. González trabaja a la sombra de Biden, y su opinión pesa en el Fondo.
Pero el asesor demócrata no es Biden, y Balcarce 50 quiere, desea y pretende que el Presidente de los Estados Unidos haga un movimiento contundente a favor de las conversaciones que se mantienen con el Fondo Monetario Internacional.
“Trabajamos para lograr ese gesto, que cerraría la negociación. Puede ocurrir en enero”, sostuvo un integrante del Gobierno con entrada franca a Olivos.
Si no hay cambios abruptos, o hechos inesperados, Alberto Fernández no descarta que haya acuerdo antes que inicie febrero. “Trabajo para eso”, comentó ayer en Olivos.