El Gobierno siguió este miércoles con mucha preocupación la escalada de violencia en Medio Oriente y el presidente Alberto Fernández ordenó mantener una posición inflexible de la Argentina: instar a Irán y Estados Unidos a deponer el uso de la violencia, tomar medidas que permitan contener la tensión, encaminarse al diálogo pacífico por la vía diplomática y rechazó la idea de aplicar sanciones como forma de resolución de conflictos.
Desde temprano por la mañana, el Presidente mantuvo un contacto telefónico permanente con el canciller Felipe Solá, que se encuentra en México para participar de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), y ambos coincidieron en mantener la calma y en no salirse del eje discursivo que se estableció el sábado pasado de “no injerencia” que se dio tras la muerte del general Qassem Soleimani, comandante de la Guardia Revolucionaria iraní. Ocurre que en las últimas horas creció la tensión en Medio Oriente a partir de la decisión de Irán de atacar bases militares de Estados Unidos en Irak.
“La apuesta de la Argentina es contribuir a la paz, evitar posiciones para un lado o para otro, llamar a la cordura y pedir a las partes que no sigan fomentando actos de violencia”, explicó a Infobae un destacado funcionario de la Cancillería.
En este sentido, el presidente Fernández también cree que la aplicación de sanciones, como planteó Donald Trump contra Teherán, no servirán para calmar la tensión ya que no afectarán al régimen de Rohani sino que terminarán afectando a la población iraní.
Por otra parte, desde el Gobierno remarcaron la necesidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU tome una posición más activa en el asunto y trate de frenar la escalada de violencia en Medio Oriente.
El canciller Solá coincidió con el Presidente en mantener la línea del comunicado que emitió el sábado pasado el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde el Gobierno “insta a las partes en conflicto a que dispongan las medidas que permitan contener la tensión y trabajar en pos de una salida pacífica y negociada que evite escaladas que pongan en riesgo la seguridad internacional”.
También en el Gobierno remarcan que Washington y Teherán deben privilegiar la vía de la negociación y la diplomacia para la solución de los conflictos.
El tema de la escalada de violencia en Medio Oriente fue el eje de los debates en la cumbre de la CELAC, en la que participó Solá con su jefe de Gabinete, Guillermo Chávez, y el designado embajador en México, Carlos Tomada.
Por otra parte, desde el Gobierno evaluó con mucha preocupación las “potenciales consecuencias desestabilizadoras en esa región y en el mundo” ante una eventual escalada del precio del petróleo que terminará afectando a la Argentina.
En forma paralela a todas estas reacciones, la Cancillería encomendó al encargado de Negocios de la embajada argentina en Irán, Carlos Marcelo Salord, a retornar a Teherán cuanto antes ya que este diplomático se encontraba de vacaciones en la Argentina. La idea del Gobierno es seguir manteniendo el diálogo con todos los actores.