Todos los embajadores políticos designados por Mauricio Macri ya están haciendo las valijas para llegar a Buenos Aires antes del 10 de diciembre. Ese día vence su tiempo como embajador y Alberto Fernández decidió que ninguno de esos diplomáticos ad hoc continuarán durante su mandato.
El presidente electo hace la lista con Santiago Cafiero, probable jefe de gabinete, y Felipe Solá, posible canciller, y su intención es que la Cámara de Senadores nombre a sus principales embajadores políticos antes que concluyan las sesiones extraordinarias.
En las oficinas de Fernández en Puerto Madero explicaron a Infobae que hay dos prioridades: Brasil y Estados Unidos. Macri designó en Brasilia a Carlos Magariños -renunció hace unos meses por problemas familiares- y en Washington a Fernando Oris de Roa.
Magariños es un economista de excelencia que trabó muy buena relación con Jair Bolsonaro, pese a sus miradas diferentes acerca de la agenda global. Y Oris Roa es un empresario que un día sorprendió a sus pares y se fue a estudiar a Harvard.
Los dos son un ejemplo by the book del diplomático político: leal al presidente que lo nombro y con suficiente muñeca para enfrentar acontecimientos que escapan a los libros de Hans Morgenthau y Kenneth Waltz. Magariños fue clave para que Bolsonaro girara en su posición sobre Macri y el Mercosur, y Oris de Roa al momento de negociar con el Departamento del Tesoro los cupos de acero y aluminio en tiempos de la Guerra Comercial.
Fernández desea para Estados Unidos a un embajador político que conozca de finanzas y economía, y para Brasil un representante diplomático que entiende la agenda regional y que pueda suavizar las diferencias ideológicas y personales que tiene con Bolsonaro.
Macri envió a Diego Guelar como embajador político en China. Guelar tiene un extenso recorrido diplomático -desde Brasil a Estados Unidos-, y no fue canciller de Cambiemos por las internas de la Casa Rosada. Beijing es un centro de poder que no distingue ideologías, ubicaciones geográficos o el idioma natal de su interlocutor oficial o extraoficial. Y Guelar aprovechó este contexto para multiplicar los negocios entre Argentina y China.
“Un embajador en China, es como un ministro de Gabinete. Y todavía no tenemos candidato, lo estamos buscando», reconoció en las oficinas de Puerto Madero un operador todo terreno del presidente electo.
-¿No lo dejarían a Guelar en China?-, preguntó este medio.
-No. Vamos a hacer nuestra propia lista…
-Es peronista…
-Lo designo Macri.
Los embajadores políticos son designados por el Presidente, y su elección depende de distintos factores que se conjugan en tiempo real: se trata de candidatos que no tienen un espacio importantes en la estructura del Estado, o son el resultado de una amistad influyente, o la recomendación de un factor de poder, o sencillamente el pago por haber acompañado al presidente electo durante un tiempo prudencial.
Estos consideraciones son clave para entender la designación de un embajador político, pero en el siglo XXI hay que sumar su capacidad intelectual, su conocimiento del mundo y cierto charme para manejar una embajada. Ya paso la época del amigo presidencial que jugaba su honorario a las patas de un caballo y representaba al país cruzando el río.
Macri designó a José Octavio Bordón en Chile, a Jorge Yoma en Perú, a Marcelo Stubrin en Colombia, a Ramón Puerta en España, a Ezequiel Sabor en México, a Mariano Caucino en Israel, a Mario Barletta en Uruguay y a Rodolfo Terragno, en la UNESCO. Son todos dirigentes conocidos, que obtuvieron su designación por razones políticas, y que no cometieron errores en la representación de la Argentina.
La Casa Rosada asegura que hay 18 embajadores políticos; 18 Artículo Cinco en la jerga diplomática. Un concepto cuasi peyorativo que se usa en la Cancillería para mencionar a los representantes en el exterior que eligió el Presidente.
“El Poder Ejecutivo podrá designar excepcionalmente embajadores extraordinarios y plenipotenciarios a personas que, no perteneciendo al Servicio Exterior de la Nación, posean condiciones relevantes. Este nombramiento se considerará extendido por el tiempo que dure el mandato del Presidente de la Nación que lo haya efectuado”, faculta el articulo quinto del Régimen para el Servicio Exterior de la Nación sostiene: Todos los embajadores políticos de Macri llegaran a Buenos Aires antes que asuma Alberto Fernández. El presidente electo aún no definió a sus representantes en el exterior bajo el artículo 5. Pero ya fijó su atención en Estados Unidos, Brasil, México, China y España. Su prioridad geopolítica para sus próximos cuatro años.